28 de octubre de 2009
18 de octubre de 2009
Aniversario
Me nombraste unas cuantas que te gustan, así como te pude nombrar unas cuantas que a mí me gustan... y no llegamos a un acuerdo.
Suele pasar, algunas parejas se identifican con lugares, momentos, canciones. Lo nuestro es la música, eso lo sabemos desde hace mucho. Aún así, no podemos encontrar UNA canción que podamos sentir como nuestra, sin tener que caer necesariamente en estilos, que en líneas generales podríamos tomar para vos el grunge, para mí el blues.
Y yo quería poner algo así, una canción que hable de nosotros, porque hoy cumplimos años. Decretamos que hoy cumplimos años pero no sabemos bien cuántos.
Poco más de un año y medio que oficialmente vivimos juntos.
Un año y once meses de esa primer charla en que definimos como íbamos a tratar de llevar todo esto.
Dos años de nuestro primer beso chan
Tres años casi desde aquella charla en el patio de tu casa que me cambiaría la vida para siempre.
Cinco años desde esa charla en que por primera vez te vi resplandecer como oro, cuando tomaste mi mano por encima de la mesa de ese restaurante de la Cañada y me dijiste “hoy puedo decirte sin miedo cuánto te quiero”.
Ocho años desde que me enseñaste a bajar música de Napster, antes que lo volaran a la mierda, je.
Diez años de aquella vez que salimos a dar una vuelta en moto, la Intruder 700 que a vos tanto te gustaba, y terminamos en una pizzería charlando de plantas, de semillas, de viajes psicodélicos y de los libros de Castaneda.
Dieciséis años desde que fuimos a tu casamiento, esa triste y jodida parte de tu vida... si entonces me hubiera animado!
Dieciocho años hará de aquella vez en que, camino al bar de Pascal comencé a tararear una canción –le puedo jurar a cualquiera que en esa época, ese tema, en ese lugar y para una mujer, era absolutamente desconocido- y vos me empezaste a seguir pero cantando, porque vos sabías la letra y sabías inglés más que yo.
Diecinueve años hace que me pasé dos larguísimos y helados meses de invierno yendo en la Zanellita al campus de la católica a preparar el trabajo final juntos.
Veinte años hace que nos venimos cruzando permanentemente desde aquel primer encuentro con la única cara conocida en el aula junto al bar, en Pascal, cuando me cambié al turno noche. Veinte años que nos venimos cruzando en salidas, estudios, fiestas, hechos jodidos, bajones, confesiones, nacimientos, renacimientos, matrimonios, separaciones, búsquedas, viajes, lecturas... y música, siempre la música.
Veintiun años hace que una tarde te conocí en un colectivo camino a tu barrio.
Hoy me siento frente a las pilas de discos a ver si algo me puede dar una pista, pero sabés que? Hubo tanta música en nuestras vidas, tanta que compartimos en todos estos años, que entiendo que cueste encontrar UN solo tema.
Así que no importa si es nuestro, se me va a pasar el día buscando y voy a tener que poner toooodos los discos y Blogger me va a banear la cuenta así que te propongo algo:
Hay una canción que no habla de nosotros, pero nos gusta tanto que es casi como si lo hiciera.
Más que nada habla de vos.
Principalmente en el título.
Sos mi baño de sol.
Te amo.
Barrido bajo la alfombra por Uninvited a las 8:52 a. m. 17 pelusas pegadas a la escoba
12 de octubre de 2009
Aprendan!!
Por estos días parece que en Cba. (no se -ni me interesa- si en el resto del país también) andan "tocando" un par de bandorras (bandas pedorras) con motivo creo que del festival de Pepsi. Puede ser?
Como sea, pude ver y escuchar a un par de personajes decir "uy! que noche copada! van a estar Los Catres, los Bostapecu, los Garchillac, Las pelotudos, Notevagustar (obvio que no!), y toda esa mierda que anda sonando por ahi.... (los piojos se jubilaron ya, no? gracias!)
Ay, ay, ay....
A ver, hijitos míos... el ROCK es otra cosa.
Un botoncito de muestra?
Barrido bajo la alfombra por Uninvited a las 9:16 a. m. 7 pelusas pegadas a la escoba
6 de octubre de 2009
All night thing
Y vos ¿qué habrías hecho con tu vida cuando esa mañana que volviste a tu casa, estrenando libertad y divorcio (que no siempre es lo mismo), terminaste de entender que la vida te había dejado en la puerta del edificio y se había ido a hacer caridad y beneficiencia a otros humanos que realmente lo necesitaban?
¿Qué habrías hecho un domingo a la siesta al darte cuenta que tenías todo o casi todo lo que la sociedad te había dicho que debías tener? El dinero, el trabajo, el estudio, la cultura, los amigos, las amigas, la familia –sostenida con cinta scotch pero familia-, los lujos, los viajes, los caprichitos. Si nadie te había dicho aún que eso no era vida.
Si eso hubiera sido vida ¿qué era esa sensación de mierda, todo el tiempo en la boca del estómago? ¿Qué era eso de mirar por la ventana al mundo allá abajo y sentirte que aún con todo, te faltaba volar?
El murmullo absurdo y a colores del canal 12, el ruido blanco de una radio mal sintonizada, la brisa que viene del río, el escalofrío en la espalda, el rugido de los autos y una veintena de cuadras hacia el este, la música comenzaba a sonar.
Y vos, ¿qué habrías hecho un sábado a la noche cuando te sorprendía un cosquilleo extraño pero familiar, en el bajovientre? y ese ardor en las mejillas y esa mirada que acabás de encontrar en el espejo, que te pide, que te exige, que te obliga...
Siempre lo supo y algunas veces –como ahora- lo usaba: no le hacía falta mucho para ponerse interesante, sugestiva, tentadora. Pero sí hacía falta mucho para sentirlo, para creerlo.
Nunca lo supo (hasta muchos años después en que una tarde de otoño se pusiera a repasar los extraños designios que la habían traído a ese patio al fondo de una casa de campo a pensar en la ley del karma y la atracción), de todas maneras no era ese el momento de pensar en eso ni mucho menos, si le atraían jóvenes porque ella siempre había parecido diez años menor o si esto de parecer más joven atraía a los de apenas veintitantos. Como dije antes, no se puso a pensar, sencillamente lo vio apoyado en la barra tomando su cerveza y moviendo la patita al compás de Pearl Jam. Trágicos-pelilargos-Seattle, diría años más tarde un viejo amigo al referirse a y/o reprochar sus gustos: el tipo de la barra se parecía a Layne Staley.
Ella no lo pensó: se acercó y empezó el juego, ese que muchos saben cómo termina.
Ella vino a proponerme
que se quería marchar
e ir a un lugar más cálido
donde pudiéramos estar solos.
No supe bien qué estaba pasando,
pero supuse que iba a ser algo de una sola noche.
Si es algo de una sola noche
nadie lo va a querer finalizar.
Y si no empieza?
No te preocupes, no me voy a andar ofendiendo
Y si es algo de una sola noche
y caemos, como una gota al piso
yo no voy a volver por acá,
y nunca más volverás a escuchar de mi.
Salí de allí, bien... cómodo
y penetrando como lluvia
en su ardid.
Ella no me iba a decir de qué venía todo esto
pero a mí me sonó a cosa de una sola noche.
Si es algo de una sola noche
nadie lo va a querer finalizar.
Y si no empieza?
No te preocupes, no me voy a andar ofendiendo
Y si es algo de una sola noche
y caemos, como una gota al piso
yo no voy a volver por acá,
y nunca más volverás a escuchar de mi.
♫
Barrido bajo la alfombra por Uninvited a las 9:12 p. m. 5 pelusas pegadas a la escoba