Decisiones... o no.
Hace frío esta noche en el centro. Ayer llovió todo el año, limpiando las calles, los techos y los humores a invierno sumergido en humo de quemas y bruma de escarnios. Hoy decidí bajar a dar un paseo y quitarme de encima la sombría parsimonia de las horas desgastadas. Hoy decidí que te iba a esperar en las escalinatas del monumento y que vería tu figura recortarse claramente entre los turistas y las sombras de los cañones. Hoy decidí que te abrazaría al salir a tu encuentro y que caminaríamos en silencio hasta los muelles o hasta tu umbral. Hoy decidí que no volvería a subir ascensores de ciudad y que descansaría en el rellano de tus piernas al atardecer.
Hoy pensé que tal vez decidías no volver a llamar, no volver a nombrarme, no volver a esforzarte. Hoy pensé que tal vez decidías cerrar la puerta, ponerle llave y viajar muy lejos. Hoy pensé que tal vez decidías recuperar los años de espera e indecisiones y mirar el horizonte menos geográfico que vivencial.
Hoy me siento en la vereda de la calle Córdoba y veo la vida fluir como el río. Los balcones silenciosos y el barullo de las ánimas, el trajín de los oficios y el crepitar de la llama. Hoy veo pasar los barcos y envidio su certeza ignorante de naufragios.
Hoy decidí que tal vez no era quién para decidir y que, como tantas veces, la suerte lo haría por nosotros. Y el destino indicaría los caminos, y el azar regiría las palabras o los silencios. Saco una moneda y resisto tirarla a la fuente de las estatuas y desear un prodigio o una fatalidad. Hoy decido que la moneda decida si decidí lo que decidí o si decidiste lo que pensé que decidiste. Hoy decidí preguntar en silencio si es cara te llamo, si es ceca aparecés por las escalinatas. Arrojo la moneda al aire, intento atraparla entre la palma y el antebrazo pero resbala y cae al suelo. Rebota una o dos veces y comienza a rodar calle abajo. La pierdo de vista al cruzar las vías abandonadas. Creo adivinar el salpicón al caer en el río.
Hoy decido que no es día para decisiones ni para seguir perdiendo dinero por cobarde.
*N. del A.: Daniel Salzano: La moneda es la misma que vos tiraste en la Plaza España. Ya ves... tiene esa manía de escapar y no resolver nada.
4 comentarios:
Siempre me gustó mucho este texto, desde que lo leí una vez en uno de tus fotologs. Pero en aquel entonces justo estaba de viaje y no te pude escribir nada.
Y bueno...es todo un tema cuando tenemos que tomar una decisión y ya no sabemos a que artilugio recurrir para obtener esa respuesta divina o aleatoria, que en cierta forma nos da pie para justificar el hacer lo que en realidad sentimos, (lavándonos las manos y echándole la culpa al destino o la fatalidad)... A propósito, no te sabés otro truquito a parte de la moneda, ando necesitando uno, vio?
Un beso inmenso
Marie
probaste con el ta-te-tí, Marie?
"Hoy pensé que tal vez decidías no volver a llamar, no volver a nombrarme, no volver a esforzarte. Hoy pensé que tal vez decidías cerrar la puerta, ponerle llave y viajar muy lejos."
Eso es lo que hice... y no sé si está bien o mal, pero fue lo que me salió. Después te lo cuento mejor.
Besos :)
Repito: VOS ME QUERES MATAR?????!!!! A ver...si algo no deberia haber leido hoy, es esto... o si? NADA ES CASUAL...esto me queda...gracias , pibe....lo voy a meditar, el finde es largo y tengo algunas monedas en el bolsillo derecho y miles de ilusiones en el izquierdo...que tema, no??
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