Una casa no es un hogar
donde se registra cada movimiento,
pero ahora las pantallas de los monitores
están a oscuras
y no sabría decir si acechan allí ojos silentes.
Mis palabras son como arañas en la hoja:
desparraman fe, esperanza y razón.
Pero son justas y lógicas? o tan solo
polvo acumulándose alrededor de mi silla?
A veces tengo el presentimiento
de que hay alguien más aquí.
Un observador sin rostro me tiene inquieto.
Puedo sentirlo a través de las tablas del piso.
Su presencia da escalofríos.
Él me informa que seré expelido...
Qué quiere decir ésto salvo "fuera de"
y "dentro de"?
No conozco la naturaleza
de la puerta que debo atravesar.
No conozco la naturaleza
de la naturaleza en la que me hallo
Pero en los callejones lluviosos
y en los campos de fuego del atardecer
a veces me siento real, vivo y a salvo.
He vivido en casas de ladrillos y acero
donde cada emoción es sagrada.
Y si querés devorar la ruta
tenés primero que respirar la fragancia
e inclinar tu cuerpo ante el altar
con poemas, poses y papeles...
O, si descubrís la trampa, tendrás que elegir:
Te quedás como un monje o te vas como un vagabundo?
Qué es este lugar que llamás hogar?
Es un sermón o una confesión?
Es un cáliz que usás para protegerte?
Es en realidad sólo un lugar donde podés estar?
Es un código de reglas o una conferencia?
Es un azotar las manos de tu protector?
Tiene el ídolo pies de arcilla?
"El hogar es lo que vos querés que sea"
Así dicen mis amigos.
Pero rara vez veo sus hogares en estos días oscuros.
Algunos de ellos son caracoles
y llevan las casas a sus espaldas.
Otros viven en monumentos que un día serán ruinas.
Yo sostengo mi hogar con cinta scotch y chinches.
Pero todavía siento que hay otro poder aquí...
ése que raja los espejos y mueve las paredes
y observa por los ojos de los retratos del pasillo,
saquea los estantes de mi bliblioteca
e intercepta el teléfono.
Nunca lo he visto en realidad
pero sé que está en mi casa.
Y si él se fuera
tampoco podría quedarme yo...
Creo... pienso...
Bueno... no sé...
Este texto llegó a mí una tarde de 1983 o 1984. Estaba esperando mi turno en una peluquería y encontré no recuerdo qué revista de esas que siempre hay en una peluquería o en el consultorio del dentista. Había más gente por lo que no pude afanármela como era debido, al menos la hoja ya que por la revista no daba ni cinco guitas. No recuerdo de dónde tomé un papel (tal vez un folleto publicitario) y la copié rápidamente para luego pasarla a un cuadernito donde conservo ésta y un par de joyitas más.
El asunto es que no recuerdo de quién era esta canción. Sí recuerdo que el título me conmovió: "Una casa no es un hogar". Tal vez, y a riesgo de parecer insolente, debería agregar -y de ésto me hago cargo- "Una casa no necesariamente es un hogar", pero claro, para título de canción no queda.
Quienes hayan tenido el estoicismo suficiente para leer mi blog habrán sabido del número de mudanzas que llevo encima. Ya en 1983 ó 1984, llevaba una buena cantidad de ellas y el destino parecía bien definido en ese sentido.
Una casa no es un hogar. Recuérdenlo siempre.
Si alguien por una de esas casualidades (ya sabemos que las casualidades no existen, pero para qué vamos a ir contra la corriente que marca el símbolo linguístico) llega a conocer el autor y aún más: la versión original -seguramente en inglés- ruego por favor, me haga llegar la data.
Mi infinito agradecimiento.