28 de mayo de 2007

De otros mundos (Parte III)

El color del sol y la composición de nuestra atmósfera hacen que el cielo sea celeste los días diáfanos, azul los días intensos y un índigo oscurísimo cuando cae el sol en nuestro oeste; así también la humedad de la atmósfera hace de cada gotita de agua una lupa que al sumarse forman una gran lente y la luna o el sol se ponen naranja-rojo y son inmensos y parecen haberse devorado todas las estrellas allí de donde vengan.
La vida aquí se concentra desde una línea imaginaria similar a nuestros trópicos de Cancer y Capricornio, hacia arriba y hacia abajo respectivamente. La franja central o “ecuatorial” es demasiado tórrida para estos seres mientras que los polos no son tan terribles como los nuestros aún siquiera para nosotros que soportamos más el calor que el frío en comparación con los locales.
El cielo es color verde agua los días diáfanos, verde los días intensos y de un esmeralda profundísimo cuando cae el sol en lo que sería nuestro este. Pero la luz es blanca como la nuestra, el sol es similar al nuestro, del mismo tamaño casi y a una distancia cercana a la nuestra, nosotros estamos un poco más lejos, no me pregunten cuánto, lo sabía pero lo olvidé, sólo se que en términos de nuestras unidades astronómicas, si nuestra distancia al sol es 1, la de Venus 0.72, la de acá es 0.89.
Este planeta gira al revés que el nuestro y el grado de inclinación del eje con respecto al plano de la órbita es de apenas 3º pero con una precesión el doble que la nuestra, lo que hace que en casi diez mil años la oscilación del eje varíe en +- 4º. Pero esto tampoco es importante, la vida aquí tiene un promedio de 50 años nuestros, o sea que una supuesta glaciación o recalentamiento en diez mil años preocupa a casi nadie.
Cada 16 días de los nuestros, más o menos, el cielo tiene tres lunas por espacio de unas 6 horas. El resto de los días y noches siempre tienen una (la más grande); a veces dos. Las noches en que las lunas son tres, el cielo se ve casi como un crepúsculo verde, las mareas son enormes y nuestro humor realmente se ve cambiado, cosa que antes no teníamos en cuenta. En cambio aquí se vive como algo totalmente rutinario. No digo que no aprecien semejante belleza pero como que es algo tan natural que ya no sorprende a nadie. Excepto, claro, nosotros, que si dejamos “alguien” allá en la Tierra, parecemos añorarlo por tres, e imaginamos su cabello brillando en dorado con tres focos diferentes.
Otra particularidad: el mar no es salado pero sí ligeramente ácido, hecho que no nos impide bañarnos casi todos los días en él y jugar con... delfines! Sí. Acá hay delfines como en nuestros océanos. Increíble. Pero saben qué es lo más increíble? Los primeros en hacer contacto en el modo sentimiento-pensamiento con los seres de tierra firme fueron los delfines y gracias a ellos, esta gente perfeccionó este modo de comunicación hasta hacerlo casi universal.





De otros mundos

Conocíamos un juego que alguna vez vimos en la tele, un tejo de no se qué material, en forma de alfajor o más grande, que se deslizaba sobre el hielo con el objeto de llegar a cierto punto del campo de juego. Para darle dirección e impulso, luego de lanzado el tejo, uno o más jugadores van como calentando el hielo justo por delante del disco, como abriéndole paso o forzando un camino. En la zona recalentada el hielo se funde un poco y permite el deslizamiento de la pieza.
No vinimos aquí para aprender ciertas cosas de la física sencillamente porque no podríamos, hay cosas inexplicables para nuestro razonamiento, cosas que se manejan a duras penas con ciertos sectores de nuestros cerebros, zonas totalmente atrofiadas. Pero esto lo entendíamos por la similitud con el juego y porque en definitiva no es tan difícil. Lo jodido es asimilar que así tan simplemente como nosotros convertimos fósiles en energía, acá se convierte la nada en vacío.
Los vehículos se mueven generando un pozo de vacío, una zona de gravedad cero justo por delante, si se quiere avanzar hacia adelante, o en los costados o en la parte superior o donde sea que haga falta, entonces, el aparato “cae” hacia ese espacio vacío de manera que se va generando una laguna de vacío que es llenada con materia, justamente con la materia del vehículo. La velocidad se resuelve aumentando el peso de la materia de una forma que nos es totalmente inexplicable al menos para nosotros que, insisto, no somos científicos ni venimos para esas cosas, entonces, cuanto más pesado el objeto que “cae” en el vacío, más rápido se desplaza.
Más allá de lo que cuesta comprender el curso de las cosas aquí, por no ser de la naturaleza a la que estamos acostumbrados, también nos resulta complicado el traspaso del conocimiento, porque la manera de comunicarnos tampoco nos es natural. Tuvimos que aprender una nueva forma de comunicación, una forma increíblemente más compleja y completa. Creo que en la Tierra la llamaríamos telepatía, aunque prefiero no quedarme con ese término que suena a ciencia ficción. Acá se trata de sentir. No es pensar una palabra o una frase y que nuestro interlocutor la escuche en su mente tal cual nosotros la decimos en silencio. Tuvimos que “estudiar” y aprender a comunicarnos a través de los sentimientos. Por poner un ejemplo, uno no debe pensar en una frutilla (de todas formas acá no hay frutillas como tampoco hay otros vegetales ni vacas) sino que debe sentir un alimento ingresando al cuerpo. Un alimento como necesidad o un alimento como gusto, eso es indistinto aunque se los atienda o responda de maneras diferentes. Para preguntar, como hicimos nosotros en muchas ocasiones por nuestra naturaleza curiosa de recién llegado, cómo funciona tal cosa, hace falta sentir esa curiosidad en particular a la vez que nos concentramos en sentir la cosa que se pregunta. Cuesta muchísimo al principio, pero una vez que –como decimos nosotros- te cayó la ficha, es no solo millones de veces más sencillo sino también más completo, como dije antes, porque lo que se transmite tanto de ida como de vuelta, es como algo que te llena cada espacio destinado ya sea al conocimiento como al alimento o al placer o el descanso. La “mala onda” no existe porque, un sentimiento negativo que acompaña a una expresión, sencillamente no se tolera y queda fuera todo, la comunicación y la solicitud de comunicación. Es por ello que la agresividad y las malas intenciones están completamente desterradas pero no solo por esto de la transmisión de sentimientos sino también por un estilo de vida en una armonía con el universo y el amor universal, que a nosotros nos deja pasmados e incrédulos.
Recién mencioné la “solicitud” de comunicación, de nuevo inventando una forma de traducir esto. No es que uno ande recibiendo y emitiendo sentimientos-pensamientos de cualquiera y a cualquiera. Hay una manera de solicitar comunicación y de aceptarla o rechazarla. Puede ser por contacto visual, físico o “mental”. De la forma que sea, siempre hay un permiso, nadie va sintiendo a los otros constantemente.
Nada de esto implica que sean mudos o sordos, para nada. Es solo la forma que existe de comunicarse con aquellos que no poseen las particularidades fonéticas de este lugar. Si bien hay sonidos que a nosotros nos salen similares y hasta iguales, la configuración densa de estos seres los provee de ciertos sonidos extrañísimos para nosotros, de la misma manera que ellos no pueden silbar o sisear como nosotros, o chasquear la lengua aunque los chasquidos no los usamos como sonidos de palabras y sí como una forma de enriquecer ciertas expresiones. Entonces, entre ellos hablan con sonidos o con pensamiento y con los visitantes solamente con el pensamiento cuando se trata de comunicación “seria”, porque tanto a ellos como a nosotros nos encanta divertirnos con los diferentes sonidos “extraños”, ellos logran sin esfuerzo frecuencias bajísimas similares a un barco en el horizonte mientras que nuestras mujeres pueden alcanzar agudos que ellos jamás oyen pero los sienten en las vísceras porque la frecuencia de resonancia de sus oidos no entra en ese rango pero sí la tienen otros órganos.





24 de mayo de 2007

Otro link (a modo de regalo)

Sí, sí... el 22 cumplí años.
No voy a decir cuántos, solo decir que me quedaron las orejas como el tipo del cuento del intercambio con marcianos :s
Como sea, quería agradecer los saludos puntuales o atrasados, no importa, para mi valen más que mucho por venir de quienes vienen. Pero quería compartir uno especial, como quien muestra la mesa de regalos no por darse corte sino por estar orgulloso y contento.
Es este post, que tiene su correlación con este otro.

Gracias :D







16 de mayo de 2007

Andenes

...Y daba la sensación, si uno inclinaba la cabeza y con ella los sentidos, y ponía la vista paralela al piso, que sencillamente era algo que se había dejado caer –tan acostumbrados que estábamos por eones a la gravedad. Pero no. Nuestros sentidos permanecían verticales y era simplemente que esto se deslizaba. De quieto a vertiginoso en un milisegundo. Tan grande, tan veloz, tan silencioso, tan lleno de metal y plástico o goma o algo parecido, o no, porque no era nada similar a lo que conocemos o podemos imaginar. Y en unos segundos era otro punto perdido a lo lejos, brillante, suave, estable.
Ibamos con la intención indisimulada de dejar pasar unos cuantos antes de por fin subirnos a uno y recorrer esas distancias por el solo placer de ver cambiar los paisajes como en una vieja película pasada a alta velocidad, solo que esta vez no había distorsión de imagen.
Entonces nos parábamos lo más cerca que podíamos, a la orilla misma de los andenes, que seguramente no se llamaban así pero no podíamos llamarlos de otra forma porque de alguna manera nuestros sentidos se hallaban en deuda con la memoria de la vida en nuestro mundo. Estirábamos nuestros brazos hasta casi rozar con la punta de los dedos esa superficie imposible de palpar sin sentir que un escalofrío nos recorría la espalda. Nos divertía la forma en que nuestros vellos y cabellos se erizaban por esa especie de estática y a la vez todos allí, los que nos veían jugar como niños, fascinados como niños o como salvajes, lo cual no esta muy lejos de describirnos de manera cabal, se divertían con nosotros y entonces pasábamos a ser “su” atracción, porque más allá de no haber visto nunca un cabello y luego del asombro de los que nos veían por primera vez, además de lo extraño de nuestros millones de apéndices capilares, se sentían atraídos por su textura y su movimiento anárquico al acercarnos a los transportes. Algunos de nosotros colaborábamos con esta especie de show-intercambio cultural y agitábamos y frotábamos nuestras ropas y ayudábamos a la estática a desprender chispazos y sus criaturas reían, algunos miraban de lejos, temerosos, pero en pocos instantes comprendían lo inofensivo de todo y reían también.
Y cuando todos habían subido y solo quedábamos nosotros boquiabiertos y embelesados, callábamos para poder sentir así que exaltábamos el propio silencio de la máquina al arrancar y nuestros últimos remolinos capilares y textiles eran por la turbulencia del vacío momentáneo tras la partida del transporte. Y creíamos sentirnos com suponíamos se debieron haber sentido los primeros hombres que vieron partir un auto y lo comparaban con una carreta, con la enorme diferencia que el auto hacía ruido, temblaba, echaba humo y partía a diez kilometros por hora y sacudía el piso a su paso y los animales se alborotaban... bueno, casi como nos alborotamos nosotros todos los días en los andenes.





12 de mayo de 2007

Fuego purificador de ayeres (amén)

Cartas documento, direcciones de abogados, sumas de gastos, recibos, telefonos de abogados, intimaciones, facturas, contratos, borroneos en las sumas de gastos, convenios, honorarios, tarjetas de crédito, propuestas de pago, propuestas de cobro, divisiones en la suma de gastos, cesión de derechos, subdivisión catastral, permisos provisorios, certificación de trámite, borradores de cartas documento, ARs varias...
Pasaron siete años y revolver todos esos papeles que en este momento están ardiendo en el asador (sin asado, of course, ¿te imaginás qué mal me caería un asado hecho con ese fuego?), todavía me conmueve. Recordar que pasamos por tanto despelote, tantas sumas, tantas restas, tanto tire y afloje, tanto reproche, tanta pelea, tanto desacuerdo, tanta bronca, malasangre, impotencia, rabia, celos, bajezas... que esto sí pero aquello no, que esto es mío pero eso no es tuyo, que esto es un regalo y aquello fue comprado...
Al final uno termina renegando del matrimonio y los proyectos conjuntos, se convierte en activista anti-casorio, se la pasa enarbolando la bandera de la soltería porque ¿qué mejor ejemplo que este estúpido y terco reincidente? ¿Vos querés terminar así como yo? No seas boludo/a, no te cases.
Pero
y ahora te digo a vos, a la que firmó casi siempre junto a mi firma en muchos de los papeles que mencioné al principio:
sabés todas las cosas que hice y que volví a hacer y volvería a hacer si pudiera, si sintiera que vale la pena otra vez?

La fuerza y la pasión solo terminan con la muerte, dice una vieja canción.
Y vos viste cuánto me hacen llorar las canciones viejas...







9 de mayo de 2007

A cara lavada... (este post se autodestruirá en 24 hs)

A TOMAR LA SOPAAAA!!!!
o ya saben lo que les espera!! jajajajaja




Acá había una foto del barrendero. Si llegaste tarde lo siento. Vos te lo perdiste :)
Si querés, andá a ver los comentarios y reite un rato como se rieron los otros :s





7 de mayo de 2007

Predicciones (voto cantado)

Siguiendo (aunque de lejos, me olvidé, pido perdón) la iniciativa de Rodrigo (no el fiambre cuartetero, que tata dios lo tenga en su santa gloria y no lo suelte nunca más), hoy era el día para abrir los comentarios para que los que no nos conocen tiren cualquier fruta para tratar de acertar cómo soy. Y el 9 de mayo es el dia de poner una foto y develar algún que otro misterio y ver quien fue el que más acertó.
Así que si quieren, los que no me conocen (y los que sí también, que tanto, hoy tamos todos generosos) pueden empezar a tirar su fruta preferida (gracias Roque Narvaja) y darme para que tenga, guarde, administre y eventualmente reparta.

Chem... sepan ser discretos y no mencionen la cornamenta :D
Vale tirar:
Altura, peso, colores, voz, rasgos faciales, figura aproximada, etc, etc

Adianchi!!






1 de mayo de 2007

Nothing compares...

Conservo algunas fotos tuyas. No muchas. Las suficientes. Si bien hay mil formas de reconocerte en cada una de ellas, tengo digamos un resumen. De tanto mirarlas y mirarte las sé de memoria, pero con gusto, no como esa memoria de la primera junta o la misa de esos domingos. Y así, no necesito llevarlas conmigo a todos lados.
Entonces te recorro con los ojos cerrados si es que quiero recordar tu perfume; o no te toco, ni en el papel ni en el recuerdo, si es que pretendo evocar tu aliento a chardonnay y chocolate; o cierro mis oídos a los murmullos o a la música cuando me urge revivirte en la piel.
Pero no hay nada que se compare a por fin volver a verte, a solo un paso, a solo la mínima distancia del enfoque y recorrerte en colores y en relieve.
No hay nada que se compare a por fin volver a sentir el aroma de tu pelo, de tu espalda, el profano embeleso que brota de tu vientre, de tus pechos y tu cuello y culmina condenado a mil placeres en esa lengua que convoca paraísos de manzanas, de desierto y cordilleras.
No hay nada que se compare a por fin la borrachera de tus sabores, la saliva, la lágrima y tu escencia avasallante de mujer sin miramientos surgiendo incontenible de tu sexo.
No hay nada que se compare a por fin tu piel fresca y tersa como un libro sagrado, selecto y del que abrevan, sin embargo, en ocasiones, impíos, torpes, predadores.
No hay nada que se compare a por fin tu abrazo abrasador, a perderme en tu pelo en cataratas, a caerme tras tus labios, en tu boca, a querer fundirme dentro tuyo tras haber penetrado tus entrañas.
No hay nada que se compare a por fin tu voz entrecortada, gimiendo, riendo o sollozando, o quizás una palabra quieta, temerosa de asomarse... y entonces tu silencio, pero no importa: te robo un “sí” como quien roba una esmeralda, lo guardo plegadito entre tus fotos, lo llevo despacio hasta mi cama, lo dejo vagar sobre la almohada y me acuesto y me duermo así a su lado, soñando que volvés por tu promesa y te quedás para siempre entre mis brazos.