Bancate ese defecto
Andás esgrimiendo morales que no sos capaz de sostener. Andás flameando la bandera de la elevación por sobre la media detestable y sos tan ínfimo que el propio peso de semejante responsabilidad te aplasta sin esfuerzo. Andás pregonando libertades y descompromisos para con la vida terrenal que te olvidás que te lleva el viento. Pretendés arrogarte un peso que edificaron los demás con sinceridad y valores y no sos capaz de ser sincero con vos mismo ni de atender a tu levedad con al menos el mismo respeto que la pobre te tiene. Te cagás en la sociedad que te dio cabida y la garroneás como un perro mal cogido. Se te caen las fachadas del semejante esfuerzo que hacés para tratar de mantenerlas. Se te ve en la cara la estampilla del típico versero argentino. Te sostenés con la debilidad de los demás porque los fuertes te reconocen y cruzan la vereda al notarte. Edificaste tu castillo con talco y lo pretendés de piedra en base a ideas rimbombantes y disfrazadas de canto de sirena. Creés estar de vuelta y todavía te está patinando el béndix. Jugás al eterno adolescente y se te vinieron los años encima. No te duran las sociedades porque te pican el boleto ipso pucho y después te andás quejando.
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