Hace un tiempo
Martín tenía dos años y medio en ese entonces y nunca se perdía un capítulo (todos ellos repetidos hasta el hartazgo, pero claro, a esa edad no importa nada) de Tom y Jerry. Así que ahí estaba, en sus dominios establecidos a cuatro metros del televisor, tirado cómodo en un sillón acolchado con los colores de su equipo de fútbol (imposición familiar pero adoptada con gusto a tal punto que más adelante formaría parte de su nombre, siempre que la ocasión lo requiriese: él se llamaba Martín Carnevalli de Boca). Su lugar, junto a la pared que separa la cocina comedor del living -entrada a la casa- solo permite una visual completa, justamente de la cocina comedor. Desde el sillón de Martín no se ve la puerta de entrada. En realidad, Martín, cuando ve la tele no ve ni oye más nada, por más que tuviera una comparsa bailando a su alrededor. Muchas veces, al momento de los avisos comerciales, llegó a preguntarle a alguien que hacía rato estaba a su lado, cuándo había llegado.
Esa mañana, sin dejar de mirar los dibus, preguntó: “Má.. ¿qué quería ese señor?”
“Má” no estaba, había cruzado a hacer unas compras y pese a haber avisado, Martín –claro- ni se enteró. Así que “Pá”, que estaba en la mesa leyendo un folleto que le había traído Martín de la calle, a modo de respuesta preguntó, entre sorprendido y un tanto desinteresado “¿Qué señor, Martu?”. Y Martín, sin dejar de mirar la tele, por supuesto, replicó: “Ese..! El de la gorra color rojo”. Entonces “Pá” relojeó el tele, pensando que algo había pasado en el capítulo de Tom y Jerry y que tal vez el señor de la gorra roja era el tipo de la perrera que cada tanto suele llevarse al perro que defiende a Jerry, pero éste capítulo nada que ver. Y como lo vio tan concentrado en los dibus le contestó casi sin ganas y suponiendo que no iba a prestar atención a la respuesta “Ah.. nada... no te hagas problema” y siguió leyendo el folleto que ofrecía un curso de electricidad del automóvil.
A los dos minutos, suenan tres TOC en la puerta. Martín ni se mosqueó, obvio.
“Pá” se levantó a atender y ahí estaba Julián, el electricista de autos, con su eterna gorra roja (es pelado), avisando que el auto estaba listo y que estaría bueno que le pegara una probada antes de viajar porque vos viste como vienen los repuestos últimamente...
Esa mañana, sin dejar de mirar los dibus, preguntó: “Má.. ¿qué quería ese señor?”
“Má” no estaba, había cruzado a hacer unas compras y pese a haber avisado, Martín –claro- ni se enteró. Así que “Pá”, que estaba en la mesa leyendo un folleto que le había traído Martín de la calle, a modo de respuesta preguntó, entre sorprendido y un tanto desinteresado “¿Qué señor, Martu?”. Y Martín, sin dejar de mirar la tele, por supuesto, replicó: “Ese..! El de la gorra color rojo”. Entonces “Pá” relojeó el tele, pensando que algo había pasado en el capítulo de Tom y Jerry y que tal vez el señor de la gorra roja era el tipo de la perrera que cada tanto suele llevarse al perro que defiende a Jerry, pero éste capítulo nada que ver. Y como lo vio tan concentrado en los dibus le contestó casi sin ganas y suponiendo que no iba a prestar atención a la respuesta “Ah.. nada... no te hagas problema” y siguió leyendo el folleto que ofrecía un curso de electricidad del automóvil.
A los dos minutos, suenan tres TOC en la puerta. Martín ni se mosqueó, obvio.
“Pá” se levantó a atender y ahí estaba Julián, el electricista de autos, con su eterna gorra roja (es pelado), avisando que el auto estaba listo y que estaría bueno que le pegara una probada antes de viajar porque vos viste como vienen los repuestos últimamente...
♫
18 comentarios:
Esperemos que Martin cuando sea grande sepa aprovechar ese "don", aunque tenerlo asusta (sabes bien de lo que hablo).
Me sorprendió este cuento, te lo dije...me gustó tambien.
Hoy ando con menos gracia que viuda en velorio, perdon :$.
Besotes inmensos...pone nomas el tema You can leave your hat on, que improviso algo :P
Yo soy como Martín, me llamo M.F.F. de Boca :)
Como siempre...una maravilla...hay Martines dando vueltas por ahi, lastima que con este empeño en las convenciones y la cordura, la sociedad los va anulando...tratemos de rescatar a los que vienen...si?
Anubis: Yo me sé algunos chistes de velorio si querés.
Resulta que había muerto un loco que era pelado...
María Florencia F.: Ok, tu apellido de casada ya lo sabemos... Vamos por el de soltera ;)
Cecis: Algún día me saldrá cómo contar la vez que "Martín" salió con un par de movimientos de Tai Chi... :S
Ma: Si vos ponés esa cara, no querés saber la cara que puse yo cuando Valo me vino con cierto planteo. Le pedí que lo exponga en público así lo debatimos.
El problema de ser "grande" es que corremos por otros carriles
(algunos)
Los chicos "ven" sin mirar, los grandes miran sin "ver", es que todavía tienen instintos animales porque no los "civilizamos" ni los "educamos" en un colegio, todavía son puros, ya los vamos a cambiar.... ojalá que no :(
Ojala...
porque en palabras de otro:
El niño conoce el corazón del hombre.
Edgar Allan Poe
¿No lo sabés? Yo pensaba que sí... no es feo, pero se presta a la deformación y el chiste.
Aprendí a convivir con eso de todas maneras, ya no me resulta grave.
Tengo todo un tema con mi apellido, es casi un estigma.
en serio? real o fue invento?
¿de verdad q solo se me ocurrió a mí pensar q el tipo de la gorra roja es el amante de la mamá del niño?
eso me pasa por no pensar directamente en los poderes sobrenaturales de las personas.
valo.
sigue en esta línea de creación, con finales interpretables :P
Ptt: Pero la culpa no es solo de los colegios ;)
Gaia: Otro famoso escritor contemporáneo dijo una vez: "Qué pendejos hijo de p(piiip)ta" :p
(GNC - 1968) ;)
María Florencia F de Boca: Que-lo-di-ga! Que-lo-di-ga!
Daleee! contá así nos reímos todos..
(ups... discupe :p)
Cone: Acá es a gusto del consumidor, "garantización satisfecha" o le devolvemos el dinero. Si le gusta que sea real, es real. Si le gusta que sea ficción, ficción sea, pues :D
Besotes
esperemos que luego el padre no mate al mensajero, pero por el nivel de desinterés del señor me parece que se merece que el señor de la gorra roja ande por allí a deshoras!
Ale, sos una amiga.
Ahí te presento a Valo. Pueden irse juntos a la r... ibera a pasear un rato ¬¬
Cómo que no saben donde es el camino de la ribera? Ustedes no lo votaron a Filmus? :p
Espero ansiosa ese momento!!!
tiru riru tiru riru (música misteriosa, que cuando lea este comentario mañana estando despierta, y no dormida como ahora, seguramente querré borrarlo)
Increìble el muchachito. Insisto en que hay muchos y cuando crecen, hacemos que se olviden de estas cosas.
Una lástima.
Y un beso, che.
Cecis: En todo caso mejor lo filmo un día y lo subo a Youtube, no creo que me salga por escrito ;)
No se ponga ansiosa que le sube la chichipistina XD
Checha: Del tiru riru tiru riru, el marcado en negrita te salió desafinado... habrá sido el sueño nomás. Como no pusiste el pentagrafismo me afiguré la musiquita de X Files...
Si me dicen ánde hay un lugar para ejercitar estas cosas, vamos eh. Nadie quiere que esas cosas se pierdan. :)
Kisses, Checha.. que descanses :)
Perdón, pero coincido con la interpretación de Valo, pensé que el señor de gorra roja era el amante de "Má"...
pero no me odies por eso.... :$
Abrazo!!!
María
jajaja, es que de las dos cosas que se me ocurrieron me pareció que el señor se merecía que el del gorro fuera el amante.
Lo que no se puede negar es la maestría del contador de historias, consiguió que me diera vuelta para ver a través de la ventana.
Chapeau, bro!
María: Se... ¬¬
Ta bien, no te odio por esto, ponele que te odie por no venir al cumple y cosas asi ***
Alex: Se... ¬¬ (II)
Claro.. intentá arreglarla ahora tirándome florcitas.
De todas formas bue... allá Má y sus gustos si el sr. de la gorra roja era su amante ¬¬
Yo quería exponer las capacidades clarividentes de un nene conocido y me salen con semejante contubernio y promiscuidad... pst! brase visto ¬¬
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