30 de julio de 2007

Sting

Algunos siempre tendrán Paris.
¿Será nuestra generación? Nosotros siempre tendremos Sting.


Roses have thorns
Shining waters mud
And cancer lurks deep
In the sweetest bud
Clouds and eclipses
Stain the moon and the sun
And history reeks
Of the wrongs we have done
After today
After today
Consider me gone

I've spent too many years
In war with myself
Somebody told me
It's no good for my health
To search for perfection
Is all very well
But to look for heaven
Is to live here in hell

After today
After today
After today

Consider me gone
Consider me gone
Consider me, consider me
Consider me gone, gone, gone, gone






19 de julio de 2007

19 de Julio

Que lo parió...









hasta siempre.

16 de julio de 2007

La Maga (envidiame, Oliveira)

Mirá, yo entiendo en seguida, deben ser una de las pocas cosas que me salen entender así de rápido, no te voy a negar que por mi propio estilo pesimista, eso de ver el vaso siempre medio vacío. O sea, entiendo que si te pasé cuatro veces mi teléfono y aún así insistís en que nos manejemos vía e-mail hasta el último minuto, es porque no querés que sepa el tuyo o no querés verte en el compromiso de dármelo, porque al fin de cuentas, claro, vos viste cuánto loco anda suelto. Así que ahí estaba, en Deán Funes, a metros del Cabildo, en un ciber, viendo si por alguna cosa de esas que surgen a último momento –no hay nada más puntual que un imprevisto- me estuviste advirtiendo que no ibas. Y habrá sido una de las pocas veces que se me iluminó la cara al ver que no tenía correo nuevo. Volví hacia la esquina porque la verdad sea dicha, faltaban aún quince minutos para la hora estipulada, pero vos viste (ah, no, no me conocés eso todavía), soy impaciente como mi abuela. Pero en esa esquina, argh! horror!, el tunga-tunga sacudía las ramas de los árboles y los pobres pajaritos se palmeaban la frente y revoleaban los ojos en fastidio y no entiendo cómo todavía no se mudaron, aunque claro, en ese caso tendrían que mudarse de provincia, a riesgo de caer en la cumbia, porque acá lamentablemente el tunga-tunga es inevitable donde quiera que vayas.
Llevé mi cámara de fotos y cada vez que una mujer se detenía en la esquina y miraba a todos lados como esperando a alguien, le sacaba una foto, a riesgo que me embocara un carterazo o le chiflara a un botón y me mandara en cana, pero la cosa era mostrarte al final y en joda con cuántas te confundí, pero después recordé que las comparaciones son odiosas y eso que no te estaba comparando, pero vos podías llegar a pensar que sí. Entonces las borré, así que, señoras escrachadas, acá no pasó nada y si andaban de trampa, sigan tranquilas que no hay registro (al menos en mi cámara).
Y así anduve, de cantero en cantero, esquivando las zonas que suponía eran los baños de los pajaritos, viendo a los locos que pintan con aerosol, una pareja que discutía justo al lado del teléfono público donde me encontraste, y las caras de la gente cuando salen de pelear con CTI, justo frente a la LegislatuRRa.
Como siempre me pasa, agarro el celular para ver si no me cayó un mensaje sin darme cuenta (entre que soy sordo y este telefonito de mierda que suena tan despacio) y justo que estoy viendo me cae un mensaje de un nro desconocido: por fin! Sos vos que me decis que estás llegando en unos minutos. Pero como a veces los mensajes suelen llegar tarde o hay gente que suele hacer estas cosas de camouflarse tras algo para no dejarse ver y espiar a su “presa”, empecé a buscarte en todas las direcciones, total, un loco más que gire y gire en plena peatonal ya no llama la atención.
Cuando me cansé de girar y de buscar flequillos castaños me apoyé sobre el teléfono público que ya la pareja que discutía se había alejado, seguí tratando de adivinarte en algún par de ojos almendrados, pero nada che... Hasta que una petisita me sonrió justo en el momento en que le escrudiñaba la mirada. Y mirá que digo petisita y yo mido 1.65!
Que lindo verte sonreir! Qué te puedo decir? Me quedé sin palabras y vos dirás que miento, con todo lo que hablé. Venías emponchadísima y tapada hasta las orejas pero nos arreglamos para un abrazo entre la dificultad de movimientos de tanto abrigo, caminamos unos metros para el lado de la plaza; esta ciudad cambió mucho por todos lados pero esta zona nunca se modifica tan dramáticamente como para no encontrar un bar, así que ahí fuimos, lo encontré de casualidad donde creo que antes había una relojería o un lugar donde vendían camperas (a menos que me esté confundiendo de galería).
“You hold your breath and the door for me” pensé en esa canción y cuánto me gustaría que así me vieran. Entramos y buscamos la última mesa, pedimos cortado y me largué a hablar, quería asegurarte que no soy un loco más, de esos tantos que no sabés qué se traen en manos. Hablamos de vos, de él, de los chicos, de los nombres, del libro que ibas a ver, del libro que querés recibir, de esas cosas que pasan en la matrix (con permiso de Alex), de estos encuentros que tanto llenan el alma, de las locuras que vemos a diario, de los atrevidos, de los dramas, de los divertidos, de los mala onda, de los refugiados, de los desesperados, de los pacientes, en fin, de todo aquello que somos ahí, del otro lado de la pantalla, cuando el plástico de un teclado se desintegra al contacto de una mano chiquita y tibia en tu caso, áspera y torpe en el mío, o tras una nariz roja por el frío de un invierno que vino decidido a jodernos, o una mirada que traspasa todas las fronteras para llegar a ese lugarcito escondido donde vive nuestro ser verdadero, nuestro ser de luz, y reconocernos más allá de la sangre o no, más allá de las coincidencias o divergencias, saber que no estamos solos transitando este camino que no sabemos dónde nos lleva, pero se hace más aceptable, se hace más confortable, se hace más familiar, nos deja ver un gesto cómplice en aquella otra luz que es el otro que, parafraseando a Dolina, “(...) Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa “atención, muchachos, que no me he olvidado de nada”.





Mi primera vez

Primera noviecita oficial (well, she was just seventeen ). Pero oficial, de esas con pastas los domingos en casa de los suegros y toda la bola.

Ya lo dije? ella estrenando diecisiete, yo orillando los 19... bueno che! siempre fui medio pescado

Primera escapada solos, semana de vacaciones, invitación de tío piola (de ella) a su casa en las sierras de Cba.

Enero a pleno, sol, río...

Mutis por el foro por parte de tío piola y sra. a un "asado" en un pueblo vecino . "Si vuelven más tarde que nosotros déjennos la llave bajo la maceta "

"Ma qué más tarde!! De acá no nos mueve nadie!!" Pensé al instante... muejeje

Noche de verano. Cena livianita. Vinito frío (con soda ...bueno, éramos chicos che!)

Grillos acalorados y ratones vestidos de gala.

Ducha previa (primero ella, después yo)

Ella que sale del baño envuelta en la toalla y se dirige a la habitación a "vestirse". Mientras tanto, yo desde la cerradura observaba el proceso... no pude estar mucho tiempo agachado... algo en el pantalón -nunca supe qué- me lo impedía...

Entro a la ducha, me baño, me seco... Rexina hombre por TOOOOODOS lados (bueno, loco... en esa época todavía se llamaba Rexina ), salgo y desde afuera el baño parecía un verdadero sauna pese a haberme bañado con agua fría... tampoco lo pude entender nunca

Este es el momento! -me dije. Sonaron campanitas, campanadas y campanazos... Los grillos, desde el jardín arreciaron con el concierto en prestísimo andante. La tibia brisa de Cosquín me acercó la inspiración que me faltaba: Como un (¿buen? ¿mal?) presagio la Negra cantaba esa noche en la plaza Próspero Molina "Aaaayy!! esta noche se puede, se puede... "


A todo esto yo estaba parado (nunca mejor empleada esa expresión) tras la puerta semiabierta de la habitación de donde brotaba la tenue luz del velador tapado a propósito por alguna prenda oscura que ella había encontrado en algún lugar. Decía, “estaba de pie” y con el estandarte de la masculinidad tan alto que me pegaba en la frente...

...bueno, en el ombligo
... bueno, está bien ...un poquito más abajo

Abro la puerta de la habitación. Ella estaba ahí (menos mal ). Body de encaje blanco, una cascada de cabello negrísimo y brillante recogido sobre uno de los hombros, tendida sobre la cama con una rosa roja entre los dientes...

... bueno, está bien, estaba leyendo Mafalda.

Mis piernas temblaban, mis manos se sacudían espasmódicamente, mi maxilar inferior entreabierto y tembloroso dejaba caer una espesa e incontrolable baba. Mientras, en mi cabeza, los ratones ya se habían sacado el smoking, se habían aflojado la corbata y bailaban el pericón, la jota, el samba, la zamba, el chu chu chuaa, la chacarera, el cuarteto, el rock and roll, el fostro, el jazz, el escondido, el minué, el carnavalito, el chamamé, la tarantela, el pasodoble, la lambada, el candombe, la milonga, el dos por cuatro y habían pedido otro cajón de champagne extra brut.

No aguanté más y mientras ella tiraba la revista de Mafalda a la mierda y me recibía con una sonrisa (que ilusa, pobre ) me decidí a recorrer los cinco pasos que había entre la puerta y la cama, los cinco pasos que me separaban de mi graduación como Hombre, la recta final... solo cinco pasitos hasta mi realización.



Pero de la misma manera que un par de baches en la calle pueden resultar fatales para quien viaja en auto con la vejiga llena, esos CINCO (5) pasos fueron suficientes... qué digo suficientes? fueron demasiado!! y el movimiento se sumó a los ratones que, dentro de mi cabeza, alcancé a escucharlos gritar a coro... "Cinco... Cuatro... Tres... Dos... uno... Fueraaaaaa!!!!!!"



Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final... todo TERMINA... me cago en Vox Dei!!

Cinco pasos que fueron demasiado y todo TERMINÓ sin siquiera haber empezado

La siguiente escena -patética si las hay- fue los dos limpiando la alfombra y la colcha con lo primero que encontramos (la prenda que tapaba el velador) mientras ella me recriminaba:

-Boludo, tendríamos que haber puesto algo...

-Algo como qué?

-Que se yo! un toallón o algo así...

-Ma que toallón... no iba a ser suficiente...