31 de diciembre de 2006

Llamado a concurso!

Gente, amigos, amigas, visitantes ilustres, anónimos, conocidos, sospechosos de siempre, de planta permanente, colaboradores ocasionales, etc, etc, etc:
Antes que nada les pido que no se rían (tanto) de mi patético dibujito, que al fin y al cabo por algo es que estoy llamando a concurso.
Necesito de aquellos que manejen de taquito, o que solo toquen de oído pero con buen gusto y maña, herramientas como el fotoshop y otras yerbas, o simplemente se le animen con la reflex o la digital. Necesito -decía- una foto con el siguiente contenido a saber dos puntos
Una foto de gente bajo una alfombra, así como quien se tapa con un plástico de la lluvia, sosteniéndola entre todos. La gente tiene que ser de lo más variado, hombres, mujeres, chicos, chicas, trajeados, de short, en jeans, algun perro o gato (degenerados abstenerse de meter burros!! ya les vi las intenciones a un par de ustedes :P)
Me parece que la expresión generalizada de esta gente debería ser como de molestia por estar bajo la alfombra aunque puede haber algunos/as que tengan una expresión o indiferente o a gusto, por eso dije: la mayoría molestos.


Por último, y es algo que en el dibujito ya no me animé a hacer, al costado izquierdo de la imagen quiero que se vea la parte de abajo de un escobillón. Este elemento deberá ser de un tamaño mayor que la gente y más o menos proporcional a la alfombra, o sea que el elemento más grande va a ser el escobillón, creo :S
Bueno, espero haberme hecho entender, cualquier cosita me preguntan.
Recibo las fotos y/o bocetos en la dire de mail que figura en el perfil o por messenger a la misma dire.

MUCHISIMAS GRACIAS!!! :D

30 de diciembre de 2006

Puré de barrendero

Tomaste mi peor acto como punto de partida. Sostuviste en una mano tu sentido de lo que debe o no ser la moral; en la otra, mi ideología (buena o mala pero mía), la ojeaste de un lado y del otro en apenas unos segundos, me pelaste como a una papa, me metiste en el horno y cuando estuve a punto me hiciste puré.
Qué lindo comienzo!
Está bien... se supone que así es como debo salir a la “calle” y enfrentar lo que venga.
Es buen ejercicio conocer monstruos, dijiste.
Es humillante ser monstruo. Es humillante ser ejercicio. Es lo que me tocó en suerte.
En tal condición, sólo voltearé mi mejilla y esperaré que el viento cambie de dirección.

Primero en la lista de “tengo que” para este año: Aprender a callar.

Simplemente... IRRESISTIBLE

How can it be permissible
She compromise my principle, yeah yeah
That kind of love is mythical
She's anything but typical

She's a craze you'd endorse, she's a powerful force
You're obliged to conform when there's no other course
She used to look good to me, but now I find her

Simply irresistible
Simply irresistible

Her loving is so powerful,
It's simply unavoidable
The trend is irreversible
The woman is invincible

She's a natural law, and she leaves me in awe
She deserves the applause, I surrender because
She used to look good to me, but now I find her

Simply irresistible
Simply irresistible

Simply irresistible, she's so fine, there's no tellin' where the money went
Simply irresistible she's all mine, there's no other way to go

She's unavoidable, I'm backed against the wall
She gives me feelings like I never felt before
I'm breaking promises, she's breaking every law
She used to look good to me, but now I find her

Simply irresistible
She's so fine, there's no tellin' where the money went
Simply irresistible she's all mine, there's no other way to go

Her methods are inscrutable
The proof is irrefutable,
Shes so completely kissable,
Our lives are indivisible

She's a craze you'd endorse, she's a powerful force
You're obliged to conform when there's no other course
She used to look good to me, but now I find her

Simply irresistible
Simply irresistible

She's so fine, there's no tellin' where the money went
Simply irresistible, she's all mine, there's no other way to go
She's so fine, there's no tellin' where the money went
Simply irresistible, she's all mine, there's no other way to go

Simply irresistible






27 de diciembre de 2006

Nostalgies

Te daré algunas cosas cuando te vayas,

un anillo y tres rosas cuando te vayas.

Y una copa de vino

tomaremos los dos,

antes de que te vayas, te vayas vos.



Y te daré una nube cuando te vayas,

me verás en el cielo cuando te vayas.

Y si sopla buen viento

se irá con vos

remontando mis penas cerca del sol.



Y te daré palabras cuando te vayas

para que vos las guardes, cuando te vayas,

y aunque al querer decirlas

se te quiebre la voz,

golpearán en tu pecho y en mi canción.



Y te daré mi sangre cuando te vayas

para que vos la guardes cuando te vayas,

y esa sangre en tu cuerpo

se convertirá en flor,

y así cuando te vayas me iré con vos.






Estuve escuchando viejas canciones de Sui.. :$

24 de diciembre de 2006

Cambio a toda esta "familia" por un minuto con vos...

22 de diciembre de 2006

2006 en pocas líneas

Las pastillas.Silvia.Las gotas.Los sobresaltos.El tartamudeo.El calor.Nacho.Celeste.Los mecánicos malditos.El Duna meado por dinosaurios.La pileta.Los mosquitos.El desgano.Los preparativos.Las peleas por telefono.Eve.Yor.Plenque.Luciano.Flor.Nahui.Kico.Confesiones en la ruta.Mina Clavero.El Nido del Aguila.La tormenta.El ortiva del kiosco.La mojadura.El rengo y el portón.El Pictionary.Vino y alta madrugada.El Tío Rolo y los gatos.El regreso.Antonela.Kitty.PrensaAlternativa.El año del Perro.Mono y los presagios.La reapertura.La despedida.Flaubert.Te para tres.Los sentidos (vos ¿qué sentías?).AlapalabraDigital.30 años nunca más.Indiana no se anima.El sueño (I).El adiós al marinero a caballo.La idea.Marisa.Walter.Tiembla.Pedacitos.Y fue.Primatesta: uno menos.Fuego: El sueño (II).Pamela.Violinistas y bateristas.Música para volar.The star in somebody else´s sky.La barba.Cumple Cele.El concurso.Darío.Resplandor de anochecer.Cumpleaños.Cumple mío.Cumple Luciano.Cumple Géminis x 2.Anto y Kico.Se viene el mundial.Las charlas.Biografía.V.L. y los miedos.Instrucciones para llorar.Moro.Sid.Volver a Baires.Invierno.Pies fríos.Oleo31.EHPPLM 1.Queen Elizabeth.Argentina golea.Walter.Quito.La colorada.Siamo fuori della copa.Libre albedrío: esa mentira.Las charlas con Kico.Cerveza y maní.Madrugada.Elizondo.Tres en el Palo.Tomillo.Se va la segunda.Brian Weiss.Flashback.Patear el tablero.Día del Amigo.Ang.Tai-Chi.Rita baila en Rosario Norte.Mucho frío.Esa no es la forma de mi corazón.Flo y sus ojos.La puerta al miedo.Y yo que imaginé encontrarte en el centro.PC nueva!Panqueques en Carlitos.Plen.Mery.Flo.Kico.Las protestas del vecino.Lavandería express.Venis?Remake.Cumple PTT.Cumple Freddy.Cumple Under.Imaginando para crear.Rescate emotivo.Confesiones de primavera.Nahui.Ivana.Pablo.Ceci que se casa.Tus mensajes.El duna anda!La bomba de los 20 años.La tormenta.El mareo.Los reproches.Mis manos tendidas.Perdimos el clásico.La audiencia.La puta (in)justicia.El juego.Dia de la madre.Whisky en el jarro.Los celos.Las trampas tendidas.Navidad maradoniana.Luna.Angel.Yoya.Jaime.María.Los números.Mensajes por Evoca.La tormenta.La luna entre los pinos.Llamando a las puertas del cielo.Abrazos.La paz de tus ojos cerrados.Inspiración de lluvia.Alguien hizo track.El trampolín.La bisagra.Sandra.Los mandatos.Me perdono y me libero.El presagio.Lu dejó los pañales.La decisión.La piedra.El Abasto.La pileta.Angel.Luisa.Jamoncito.Jaime.Mara.Tango.Las ventanas.La búsqueda.Amenabar.Ser gerente.Mi vida en mis manos.Eso que te pasó.Afadhya.La iglesia.Charlas en Recoleta.La(s) corrida(s).El reloj.Ecuador.Los helados.Divorciado.West Point a 20 años.La revelación.La pileta.Beta.Pinocho: otro menos.El calor.La lluvia.

Alex.Ross.Sol.Cynthia.Sol.Gise.Plumetti.Hada.Patrizio.M.I.B.Bater.Blonnda. Turca.Marie.Salzanita.Gaby.Ana.Maga.Valo.**m**.Tyria.Mery.Kico.Morena.Erdosain.Valeria. Luna.Checha.Meli.Magic.Bea.Pilar.Ana.Un tal Funes.Pleya.Juanjo.Boo.Fabi.

Que nos valga la inocencia de sentir que vamos viviendo.

18 de diciembre de 2006

La sal y el agua

También es nuestro este ritual desde los sueños, desde las ansias de piel y comunión. Apago las luces, corto los sonidos, lleno la tina y crece la espuma. Cuatro velas nos orientan, el incienso nos conduce. Te quito la ropa despacio y sin tocarte, tu espalda vibra a un milímetro de la punta de mis dedos, tus manos se humedecen, tu pelo cae libre y tus piernas se rinden al vapor. Nos sumergimos sentados y somos uno con la sal y el agua. Te abrazo desde atrás y juego en mordiscos tu cuello, distiendo en caricias tus hombros, te fundo en un abrazo con mi pecho, absorbo tus sentidos con mi boca y convoco a todas las reinas de tu vientre. Te beso como si no hubiese un mañana, me entrego a tu temblor como si el pasado fuera mentira, volamos en las alas del placer de estar desnudos, tibios, empapados, en paz y en silencio. Solo el susurro de las burbujas que se rompen, de los líquidos que nos fluyen, en la calma del abrazo y las caricias, en un cálido sueño que nos duerme... como la noche, como las cortinas, como la lluvia que afuera comienza a arreciar.
Somos uno con la sal y el agua, con la sed saciada y los apetitos satisfechos. Ascendemos en agua a las estrellas y llovemos en la tierra que nos nutre.

15 de diciembre de 2006

Historia tras los vidrios

Me llamo... bueno, no importa cómo me llamo, en definitiva, de todo esto que les voy a contar sólo conozco un nombre además del mío y ninguno de los dos es trascendente. Tengo un kiosco de revistas en la esquina de... bueno, tampoco eso importa, no quiero que después me quieran cobrar publicidad encubierta.
Esa tarde, habrá sido alrededor de las 2 de la tarde, hacía calor... cómo no! Aunque tenga la ventaja de esta sombra de árboles añosos, que casi nacieron con la ciudad, y las torres de edificios señoreales que –y no es que quiera que mueran, pero si alguna vez lo hacen- también morirán con la ciudad, o quizás sea la ciudad quien muera con esas muertes, el calor igual se siente. Decía que esa tarde, recuerdo que era alrededor de las 2 porque justo a esa hora viene Marianita, ese es el único nombre que conozco y ya verán que no es trascendente, y me trae el sanguchito del almuerzo, en pan árabe y con una botellita de Terma de esas que ahora vienen ya preparadas, vi llegar a este hombre del que les quiero hablar. Desde donde estoy, en mi banquito junto a las revistas, puedo ver hacia adentro de los amplios ventanales del bar frente al kiosco, vereda de por medio. Estoy a tres metros –menos también- de las historias tras los vidrios. No voy a decir que aprendí a leer los labios de la gente que habla dentro del bar, aunque algunas palabras pesco y puedo afirmar que en todos estos años aprendí gestos, miradas, posturas y actitudes de ésas que –según dicen los que saben- hablan en cuerpo mejor que la boca.
Esa tarde –y prometo que es la ultima vez que digo “esa tarde”- él llegó y luego de vacilar unos segundos enfiló para la última mesa, que tiene sillones empotrados en la pared un poco tapados por las cortinas en el rincón. Dejó el maletín sobre el sillón y -es gracioso porque últimamente he visto muchísima gente hacer lo mismo- desparramó como tres celulares sobre la mesa y para mi sorpresa, en vez de convertir el maletín en una computadora como hacen muchos, lo abrió y sacó de adentro un block y una lapicera. Marianita, que entró prácticamente detrás de él, se acercó a su mesa y le tomó el pedido con esa sonrisa tan suya y compradora. Él pidió rápido y concreto, se ve que ya tiene el hábito. Vi un gesto de alivio en su boca, cerró los ojos, subió las cejas y suspiró. Noté que se había aflojado las botas. Miró la calle y en ese momento su mirada se cruzó con la mía, pero yo soy algo así como parte del paisaje, así que el cruce fue fugaz. Son más atractivas las revistas con autos en la tapa, o con las chicas del verano que se viene, pero ésas están en la otra punta y no era hacia allí donde él miraba: realmente se quedó viendo los coleccionables del Clarín.
Marianita vino con la bandeja y lo sacó del ensueño... o al menos eso parecía ya que daba toda la impresión de estar volando vaya a saber en qué nube. Hubo un intercambio breve de palabras y sonrisas y en un instante Marianita fue a la barra y volvió con el vasito de soda que había olvidado. Él desplegó unas hojas sobre la mesa y mientras leía de a párrafos las hojas sueltas, a veces se detenía como a pensar, mirando para arriba y frunciendo el entrecejo, iba escribiendo en el block. Cada tanto miraba la hora, miraba la calle, miraba hacia la puerta. Esperaba a alguien, eso lo noté desde un principio. Seguía escribiendo y el café se iba vaciando. Volvía a mirar a la calle, a la esquina, a la puerta, a mí, a los libros, a Marianita –para qué omitirlo?
Yo ya había terminado mi almuerzo y él seguía buscando palabras y poniéndolas en la hoja mientras las hablaba en silencio, veía sus labios moverse a medida que escribía y me daba gracia, como esa gente que saca la lengua cuando trabaja en algo.
En un momento –ya eran las tres y el hombre se impacientaba visiblemente, lo notaba en la frecuencia con que miraba el reloj y en la presión que hacía sobre la hoja para escribir, sus manos se crispaban cada vez más y su boca ya había dejado de hablar la escritura- él pareció advertir la presencia tan esperada y miró hacia la puerta con un sobresalto justo en el momento en que entraba la mujer. Yo la venía siguiendo con la mirada desde que se bajó del taxi, tengo buen ángulo para unas cuantas vistas desde acá. Claro que desde hacía rato, yo ya estaba jugando a adivinar quién de las que se acercaban a la esquina iba a ser la que él esperaba. Descarté cuatro por la edad, tres muy mayores y una muy menor, pero en una hora pasaron doce mujeres que tranquilamente podían encajar en el perfil que ya me había hecho. No me equivoqué en nada excepto la estatura (a decir verdad, fue un error en el cálculo de accesorios porque la mujer no era alta como yo la imaginaba pero tenía tacos y entonces sí la estatura concordaba con lo que había imaginado, solo que, repito, mi predicción no incluía tacos). Les juro que me puse feliz cuando la ví tan real y tan igual a lo que esperaba, nada de tinturas ni ropas extrañas, con elegancia pero casual, segura en sus pasos, en su figura y en su sonrisa al verlo. Y me puse feliz porque en esa hora que pasó casi me había encariñado con él, que escribía y escribía y parecía que soñaba cuando miraba para arriba ignorando la televisión y la música, el tránsito detrás mío y la tarde de calor y cemento.
Bueno, él rápidamente apiló las hojas y puso los teléfonos sobre la valijita, le hizo un lugar en la mesa y le acomodó una silla para que se siente. La sonrisa de ella comenzó a disiparse un poco, parecía nerviosa. A él se lo notaba apurado, algo le dijo al respecto, más con gestos que con palabras. Ella miró la hora en su reloj mientras se sentaba. El semblante de él cambió en desazón. Se acercó Marianita, seguramente preguntó qué iba a querer la mujer. Él asistió interrogante al diálogo; ella movió la cabeza y volvió a señalar el reloj en su pulsera, él habló con Marianita con una sonrisa entre vergonzosa y tímida y ella regresó a la barra.
Se animaron a las sonrisas. Se tomaron las manos por encima de la mesa olvidando los papeles y la escritura, los libros colgados en mi kiosco y la calle sofocante. Se besaron discretamente y se disfrutaron unos segundos. Ella le preguntó algo y él comenzó a mostrarle las hojas sueltas, algo le explicaba y ella asentía con una sonrisa. Pero la mirada de él seguía siendo triste aún con el entusiasmo que mostraba al hablar de sus escritos. Vino Marianita con otro café y se lo sirvió a él. Era obvio entonces que ella estaba retrasada y se iba en cualquier momento. Él dejó la taza aparte, al lado de las hojas y el block y volvió a tomar sus manos. Él hablaba calmo y ella se mordía el labio inferior cerrando los ojos y respirando hondo. En ese momento ella lo interrumpió de un beso y él no tuvo otra reacción que apretarle fuerte las manos. Ella se levantó. Él se abrazó a su cintura y apoyó el rostro en su vientre. Ella le enredó el pelo con una caricia y se apartó despacito. Mientras ella le daba la espalda él le besó las manos y se quedó viendo cómo llegaba hasta la puerta. Desde donde estoy no se ve la puerta del lado de adentro de la ochava, así que voy a inventar que ella le habrá tirado, desde el vano, un beso o un te quiero silencioso. Ella salió y se bajó los anteojos, giró para allá por la calle perpendicular a la avenida y desapareció de mi vista. Volví rápidamente a él, a la mesa junto a la ventana. Tenía el rostro entre las manos y miraba sin ver la taza de café. Y estoy tan cerca de esa ventana que pude ver humedecerse sus ojos. Estaba muy de frente a mi posición por lo que decidí esconderme un poco tras la grilla de las revistas de decoración. Comenzó a sollozar en silencio, apenas le veía los hombros subir y bajar por la congoja. Habrá estado así unos diez minutos hasta que de a poco la mirada se le fue despejando y las manos comenzaron a aflojarse de las mejillas. Tocó la taza como para comprobar lo que suponía, que el café ya estaba frío y se secó lo mejor que pudo los ojos. Respiró hondo e hizo una seña a Marianita. Seguramente le pidió que le volviera a calentar el café porque ella volvió al ratito con otra taza. Él bebió despacio y con la vista perdida de nuevo en las revistas y libros. Cuando terminó el café acomodó con parsimonia y estricto orden sus cosas, los papeles en la valijita, la lapicera en un bolsillo, los teléfonos en estuches y bolsillos y se levantó. Recorrió por unos segundos con la mirada el lugar como queriendo fijarlo en la memoria y se encaminó despacio hacia donde hacía casi media hora ella desapareciera de nuestra vista.
Les confieso que me sentí terriblemente avergonzada cuando se detuvo un momento frente al kiosco y como si nada, como si nunca se hubiera enterado que los había estado “espiando”, me preguntó dónde paraba el 36.

Había dicho al principio que no importaba mi nombre ni mi ubicación, nada de eso tiene sentido en ciudades como ésta. Hace 27 años que estoy aquí todos los días, llueva, truene o haya un sol que raje el asfalto. Nunca en todos estos años había visto a esta fugaz pareja. Pero el miércoles siguiente ella volvió al bar, ésta vez eran las 2 y media de la tarde, y se sentó en el mismo lugar que él la semana pasada. Y el siguiente miércoles... y el otro... y el otro... Algunas veces la ví leer, otras escribir; otras veces taladrar el celular con esos dedos largos y elegantes; otras contestando de mala gana, las menos con una sonrisa de oreja a oreja y también ahí juego a adivinar con quienes habla en cada ocasión, o qué lee o escribe según los movimientos de las manos, o cómo cruza las piernas o las estira bajo la mesa y la ansiedad o calma que puedo percibir en su respiración y en sus suspiros. Y como antes ya había dicho que al hombre que vi con ella ese miércoles, le había tomado cierto cariño, pongo todas mis fichas a que es él -ya sea del otro lado del teléfono o de las hojas- cuando la veo sonreír o morderse el labio inferior o suspirar. Siento que a él se le alivia un poco el llanto en su recuerdo, los imagino cada vez más cerca y empiezo a creer que ese día no fue una despedida y sí quizás un ventarrón, alguna tormenta de esas que agitan un poco los corazones y nos recuerdan que estamos vivos.

12 de diciembre de 2006

Pinocho, compadre...

El Señor de la Muerte
Quien fue culpable de muertes, torturas, proscripciones y exilios… Quien llenó sus arcas privadas gracias a tanta muerte… Quien asesinó brutalmente al gran cantor popular de América Latina… Quien vació de esperanzas a las futuras generaciones… Quien llevó a la muerte al ultimo gran líder del siglo XX… “Ese” no merece morir.
“Ese” debería vivir para sentir el desprecio que poco a poco va expresando su pueblo. “Ese” debería vivir para sufrir la cárcel, la cual mucho se aleja de los tormentos sufridos por sus víctimas. “Ese” debería vivir para ver cómo una hija de aquella generación desvastada gobierna su país. “Ese” debería vivir para sentir en su propia piel una pequeña porción del dolor que causó.
Asesino de Allende, de Neruda, de Jara y de tantos otros. Desaparecedor de chilenos. Apropiador de niños. Servidor de la Corona Británica y de los EE.UU. No tiene derecho.
Pinochet no tiene derecho a morirse sin ser juzgado. Pinochet no tiene derecho a un velorio de Estado. Pinochet no tiene derecho a ser honrado por los mandos militares chilenos que hoy se dicen democráticos. Pinochet no tiene derecho a una tumba digna, al igual que los desaparecidos que nunca descansarán en paz. Pinochet no tiene ningún derecho, pero los hombres se lo concedieron.
Ahora, aquel que se sintió dueño de la vida y muerte durante muchos años, deberá enfrentar dos juicios que cualquier mortal no puede evitar: la justicia divina y la memoria de las sociedades futuras. El primero, no estamos seguros de que exista. Respecto al segundo, trabajaremos duro para que la sentencia de la historia sea rotunda.


Antonela Scocco
(mi cuñadita postiza :P)

11 de diciembre de 2006

Otra ficha que cae...

"No te vuelvas loco con el POR QUÉ, la clave está en el PARA QUÉ."




Gracias. Abriste un poco más esta cabeza... y vos sabés que no es nada fácil.

10 de diciembre de 2006

De olvidos y recuerdos

"...Te escribo ahora porque me acabo de dar cuenta que la otra mañana me perdí en tu voz y tus preguntas y tus cosas y me olvidé de decirte cuánto te quiero; cuánto y qué bien cambió mi vida desde que te conocí; lo bien que me hace saberte a mi lado a cada instante; lo feliz que me hacés cuando te veo, cuando te toco, cuando te escucho, cuando te siento
"Pero no quiero hablar de lo que a mí me pasa, de mis necesidades. Quiero hablar de las tuyas. Y nunca más olvidar siquiera por un instante, pase lo que pase, la forma en que se ilumina tu rostro cuando te digo cuánto te quiero; cómo se te desarma cierta tensión en los hombros cuando me acerco a besarte el cuello; cómo cambia el tono de tu voz, el tamaño de tus pupilas, el brillo de tu boca, cómo late tu corazón cuando te digo cuánto te quiero. Si eso a mí me cambia el día, imagino que a vos aún más.

"Perdón por olvidarme.
"Prometo que nunca más."

9 de diciembre de 2006

Creciendo


"Panza llena, corazón contento", dicen por ahí.


Qué otras cosas ponen contento a un corazón?
Dale.
Te animás?

:D

5 de diciembre de 2006

Luna Llena en Géminis

Just a castaway, an island lost at sea
Another lonely day, with no one here but me
More loneliness than any man could bear
Rescue me before I fall into despair

Recién me dijo una bruja buena que hay que aprovechar para todo lo que tenga que ver con la comunicación. Si tenés pendiente una charla, si tenés en la carpeta de borradores ese mail que creés que te puede cambiar la vida, si tu pulgar se muere por mandar un sms "me debés un café", si el telefono te mira con cara de tomaMe, marcaMe, hablaMe (Movistar, me debés unos magos, jeje)
Si tenés a quien mirar a los ojos, tomar de las manos y charlar de esas cosas de adentro, en voz baja... hacelo ahora.

I'll send an s.o.s. to the world
I hope that someone gets my
Message in a bottle

A year has passed since I wrote my note
But I should have known this right from the start
Only hope can keep me together (?)
Love can mend your life but
Love can break your heart

I'll send an s.o.s. to the world
I hope that someone gets my
Message in a bottle

Walked out this morning, dont believe what I saw
Hundred billion bottles washed up on the shore
Seems I'm not alone at being alone
Hundred billion castaways, looking for a home

I'll send an s.o.s. to the world
I hope that someone gets my
Message in a bottle

Sending out at an s.o.s.

4 de diciembre de 2006

El tuerto y los ciegos

Me queda el 69!!! Qué numerazo el 69!!


Así gritaba a viva voz Damián, un cieguito vendedor de rifas apostado generalmente en la esquina de 9 de Julio y Rivera Indarte ("corazón elegante de mi docta ciudad", diría la canción).
Lo curioso era que del pecho le colgaban no solo el 69 si no casi todos los números previos y posteriores en una plancha de billetes adosada a una tablita de acrílico colgada del cuello con un hilo blanco (ennegrecido, confesémoslo ya).
O era irónico o no tenía idea de los números.


Una tarde, sobre el filo del 86, al calor de la peatonal, juntamos unos australes con unos compañeros del secundario y le compramos el 69.
No, claro... no salimos ni a los 20 (ah, no... eso era de quiniela, no?... whatever... nevermind).

El viernes 8 se cumplen 20 años de la joda de egresados y los sobrevivientes estamos invitados. Seguramente alguien con buena memoria traerá éstas y otras anécdotas, muchas de ellas, inquietantemente, referidas a ciegos, como esa vez que Diego contó que una dama de nariz plástica y fruncida quiso darle unas chirolas al cieguito que tocaba la guitarra en la vereda de la legislatura. Pero la doña no tenía cambio así que parece que le preguntó al cieguito si le podía dejar un billete en la caja de la guitarra y llevarse el vuelto (del mismo embalaje). Siempre según las palabras de Diego: "el cieguito se bajó los anteojos hasta la punta de la nariz y la miró a la vieja con cara de «alzate a la mierda, vieja culiada»" Ahí ya dejamos de escucharlo y estallamos en carcajadas de burla.
O como esa vez que nos colamos en la Fico y tras liquidarnos una caja de Cazalis tibio yo pelé mis anteojos oscuros y empecé a hacerme el cieguito. Entre Cristo y Mark me llevaban de stand en stand "mostrándome" la feria y describiéndome lo que allí había con total cara de póker.
El asunto eran las promotoras! Me contaban cómo eran, las describían de pies a cabeza (aunque esos extremos poco importaban) y yo enseguida las quería "reconocer" con las manos y ahí las rescataban de mi avidez y me alejaban del stand entre reproches y palabras de desaprobación.
Qué cosa linda las promotoras!
Brindo por el genio marketinero que las inventó!! Salú




Hic!

1 de diciembre de 2006

Te voy a extrañar...

lagrima


qué te creías?