18 de diciembre de 2007

Cambios

Ella se levantó esa mañana con un intenso dolor de cabeza. La claridad del día recién nacido estallaba en sus sienes y el tránsito, once pisos más abajo, reverberaba intenso en sus oídos saturados. Una vez más, frente al desayunador y apartándose un mechón de pelo de la mejilla, un flash casi imperceptible pero lacerante de aquella mañana que estuvo a punto de dejarse llevar, de decir el basta definitivo. Se acercó cansadamente a la ventana y entrecerró un poco más la cortina americana. Otro flash y esta vez el dolor en su mano derecha, las lágrimas que le quemaban la cara y el pasillo lleno de valijas.
El calor de su último verano comenzaba a ser insoportable. Se vistió apenas con el top de la bikini y una bermuda de algodón, aunque adoraba caminar desnuda y descalza sobre el parquet. Pero ese era un día de cambios y esto también iba a ser un cambio. Mientras se ataba el cordón del top, otro flash… sus viejos complejos, su timidez extrema, su fragilidad. Se dejó caer lentamente, apoyada sobre la pared de la habitación. No sabía por donde empezar. Un escalofrío le recorrió la espalda, la suave espalda y con un leve sacudón de la cabeza, apartó un par de oscuros recuerdos al ver la cama de algarrobo. Se levantó y fue hasta la mesa del comedor. Comenzó a redactar los avisos de venta de (casi) todas sus cosas. Despojarse era la consigna. En unos días más ya no iría a trabajar. En unos días más la bisagra completaría su recorrido. Revolvió un par de estantes buscando más cosas para vender, otras para regalar. Encontró cassettes que creía perdidos, libretas con anotaciones, bitácoras de un pasado muerto hace tiempo; una remera negra de aquellos años remotos, un llavero y unas fotos. Miró su equipo de fotografía y una lágrima precoz recorrió su mejilla y se consumió antes de llegar a los labios. También era hora del adiós a uno de sus hobbies más preciados.
Tomó la cámara en sus manos. Lentamente, y entre sollozos en silencio, ajustó los controles y corrió la película, la dejó lista para disparar. Giró y enfrentó al espejo.
Como un adiós a ella misma, la otra. Como un retrato de lo que fue y ya no será otra vez. Como para sellar un antes y un después.
Enfocó.
Intentó contener la respiración, como cuando era niña y jugaba con su hermano en la pileta de natación a ver quién aguantaba más bajo el agua. Pero esta vez era distinto, no aguantó.
Y con el espasmo del último sollozo, disparó.






8 de noviembre de 2007

Río abajo

Y andamos por la vida creyendo que somos artífices de nuestros pasos, de nuestras decisiones. Nos jactamos de ello o nos embroncamos, dependiendo de los resultados. Pero nos olvidamos del Gran Plan. No llegamos a recordar, salvo ocasiones excepcionales y, por lo general, extremas, que somos una partícula de agua en el Amazonas, que somos polvo en el viento, que somos la pluma que flota en el universo.
Y creemos que nuestras amistades son fruto de nuestro esfuerzo y cultivo, de nuestra “elección”. Decimos que los amigos son los parientes que elegimos.
Y nos jactamos de tener o no tener tal o cual trabajo “porque es para eso que yo había estudiado”; o “jamás haría tal cosa, no va conmigo”.
Y creemos que nuestra eventual pareja está con nosotros porque también la elegimos, o nos eligió; porque nos gustó, porque le gustamos. Creemos que armamos y desarmamos la vida como quien juega con un pedazo de plastilina.
Mirá el monje, como decía anoche un conocido mío, si llueve se moja, si sale el sol se seca, si tiene sueño duerme, si tiene hambre come, si debe ir, camina, si debe alcanzar se estira.
Cada vez estoy más distanciado (para no decir diametralmente opuesto) de la torpe idea del libre albedrío. En todo caso lo acotaría a una parte infinitesimal de cada suceso que nos toca vivir. Porque es eso: nos toca. No lo elegimos ni lo armamos. Tomaremos uno u otro, pero sea lo que sea que tomemos era lo que en definitiva teníamos que tomar. Es lo que NECESITAMOS, no lo que queremos. Y lo que necesitamos no lo decidimos nosotros. Necesitamos de esto, esto y esto y algo de aquello para aprender, para capitalizar, para pasar a otro nivel… pero ese nivel que nos está esperando, es sencillamente lo que ya está preparado para nosotros.
Recién cuando el discípulo está listo aparece el maestro. Y así en todos los órdenes.
Fluir es la consigna. Fluir con. Ni luchar contra la corriente ni acelerar el nado río abajo. Tomar lo que se nos ofrece y entregar nuestra “voluntad”. Bajar el copete. Bancarse lo que venga como un duque. Amar lo que se hace, porque no siempre se hace lo que se ama. Amar lo que se tiene porque no siempre tenemos lo que amamos.
Somos pedacitos de la Gran Luz, pero nunca nos acordamos. Y ese que tenés enfrente es la misma luz, igual que vos, girando en órbitas diferentes, escalones más arriba o más abajo… o quizás en el mismo que vos. Si pudiéramos sacarnos los cuerpos lo veríamos. Si pudiéramos ver la vida desde otro lugar, sería como ese cuento de Galeano… un montón de fueguitos bailando en la oscuridad. Una oscuridad que fluye. Y en ella nosotros… lucecitas que van río abajo, creyendo todavía que somos acorazados invencibles.


UPDATE (?)
En julio del año pasado subí estos dos posts que no tuvieron la repercusión que quería. Por estos tiempos hay tal vez gente nueva dando vueltas bajo la alfombra. Me gustaría que pasen y vean y opinen (si quieren. Entiendo que no cualquiera se anime a semejante debate, soy el primero en escapar, je)

Formas de ver al libre albedrío

Causalidad






5 de noviembre de 2007

Teléfono descompuesto

Si ya sabes que me llamo Gabriel y no Roberto.
Si sabés que sé que no te llamás Juan Carlos.
Si sabés que no arreglo autos, es más: los rompo.
Si sabés que sé que no me darías nada para que te arregle.
Qué querés probar?
Que sos tan eficiente que otra vez encontraste mi número en una agenda que no es tuya?
Los dos sabemos que meternos con lo que no es nuestro es para quilombo.
Entonces?
Haceme el favor, querés?
Do me a favor, would ya?
(No se decirlo en italiano)

30 de octubre de 2007

Exorcismo

Y si ahora resulta que un recuerdo largamente enterrado, pero de esos que cada tanto dejan ver las puntas de los zapatos emergiendo entre la gramilla y entonces uno larga todo lo que está haciendo y corre a rellenar el terreno con lo que encuentre, con picos de excusas, con palas de razones, con tierra de convicciones, y lo apisona con certezas y lo moja con odios y lo vuelve a apisonar con maldiciones y uno se sienta reconfortado, con la angustiosa pero fugazmente eufórica sensación de haber pateado para adelante una tarea más, quizás hasta queriéndose convencer de lo rutinario del hecho; con una chata y patética (sabrán que desde cierto entonces me resisto a usar la palabra “mediocre” por bastardeada) sensación de deber cumplido. Pero decía, si resulta que ahora uno de estos recuerdos que uno creía largamente enterrado, de repente pierde su arenoso revestimiento, su reseca piel, su terrosa sustancia, le roba al parque la humedad, rellena sus poros con el aroma de las madreselvas y el brillo de sus ojos con la intermitencia errática de las luciérnagas. Y un día, o lo que es peor: una noche, lo vemos recorrer el parque, la vereda, lo vemos intentar un sinuoso vaivén en la hamaca de rueda de tractor, lo reconocemos a duras penas en el inquieto oleaje de la piscina, nos despeina de sorpresa un tibio atardecer de un día aterrado, nos llama en la voz de la puerta rechinando en sus bisagras, contesta nuestros más profundos temores en canciones reveladoras, cargadas de estática lejana y grillos electrónicos, nos sopapea la conciencia adormecida y aburguesada con una imagen que vale por mil gritos, en el novelón a la hora de la cena; se nos planta en la puerta del dormitorio y nos compra una vez más con esa sonrisa entre pícara e inocente, y miramos por encima de su hombro, o sencillamente a través de su traslúcida sustancia y vemos que está todo dispuesto, que por la ventana se asoman curiosas y expectantes las estrellas, que hasta hay una rosa sobre la almohada, que la tenue luz agiganta las sombras presagiando una oscuridad cómplice.
Pero no.


Ahora corremos al teléfono y de una galera que creíamos acabada sacamos la mejor de las excusas para invitar a una consorte provisoria, pasajera, transitoria y transitiva. Ahora reímos y de un salto nos disponemos a preparar una cena para agasajar a quien tendrá a su cargo el anhelado (¿?) exorcismo. Ahora corremos a abrir la puerta y nos apresuramos a señalar la mesa dispuesta, la charla pendiente, y eso de romper el hielo pero enfriar el champagne.
Mientras tanto en la alcoba, escaleras arriba, el recuerdo vestido de fantasma se recuesta tranquilo, lee ese libro que tanto nos cuesta terminar y lo entiende y hasta le sabe el final ya en la página veinte.
Ahora la exorcista y el consultante debaten sobre la posibilidad de resurrección de los fieles difuntos. Pero sería más preciso debatir sobre el punto de no retorno, que es lo que en definitiva determina si un recuerdo es o no es un muerto contante y sonante.
El consultante mira de reojo el resplandor que danza sombras desde la habitación, percibe el paso de las hojas, el roce de sábana contra sábana, porque no hace mucho terminó adoptando como creencia firme e irrefutable que los fantasmas se visten con sábanas y no con el infame ectoplasma que proponen las brujas casadas, cansadas y cazadas.
Ahora es la exorcista (que a todo esto no tiene idea de su papel de tal) quien tira la segunda piedra y toma la mano del temeroso ser que languidece mesa de por medio. Un guiño estudiado, un gesto natural, un bretel negro y tenso… que se distiende y llueve por el hombro. Unas bocas que enjuagan y endulzan vinos en salivas, unas manos ansiosas y unos cabellos revueltos, una escalera que queda regada de prendas de mayor a menor. La ventana abierta del dormitorio se cierra de repente con una correntada estruendosa. Las velas se apagan. En la habitación, los pétalos dispersos, el libro que perdió el marcador, la cama tendida pero la almohada un tanto arrugada. Las estrellas que miran para otro lado, los búhos se hacen los dormidos, el tic tac insiste cansino desde la mesa de luz.
El exorcismo dio sus frutos. Antes de sentirse zambullir en la cama, arrastrado por los urgentes brazos de la visita, el enterrador de recuerdos puede contemplar el rompecabezas tal como lo vio en todos estos años y cree sentirse más tranquilo: la cerca está completa y no falta ninguna flor de madreselva. Las luciérnagas bailan por el parque dispersas e inocentes y ya no es la suya una danza que lanza miradas. La gramilla inunda la tierra húmeda del parque.
Todo vuelve a ser como antes, allá afuera. Descansan el pico y la pala de la memoria. Mientras aquí abajo, la cosa está que arde y quien esto cuenta, se une –cómplice- con las estrellas, y mira hacia otra parte y sonríe, como quien se burlara de los que no creen en los exorcismos, aunque sean pasajeros.





24 de octubre de 2007

Nunca

Nunca alcanzaste a ver el sol en las siestas de invierno, ni la luna en las noches de verano. Nunca pudiste caminar a la luz de la ciudad entrando por los ventanales mientras afuera todo dormía. No pudiste sentir el olor de la pintura, de la madera, ni de un café en silencio. No te acunaron los perros de la noche desde el corazón del valle, ni te despertaron los trinos urgentes de una primavera color celeste mortecino. La sequía no te quitó el sueño como tampoco te lo devolvieron las tormentas de febrero y su estruendo indescriptible. Tus dedos no recorrieron ni el mármol ni los espejos, no apagaron un despertador, no encendieron la radio. Tus oídos nunca escucharon mi llamado, ni el motor llegando, ni el agua cayendo. Tu boca no contestó llamadas (porque no las hubo), no pidió besos, no ordenó un cambio, no calló una angustia. No abriste la puerta, no cerraste una ventana, no encendiste la estufa.
Hoy me recuesto en el sillón, me pongo cómodo y enfrento a mi interlocutor como si fuera un desconocido. Me cuesta aceptarlo, me cuesta admitirlo, sin embargo no puedo soslayar que ha estado conmigo por siglos y siglos, hablándome a cada instante, recordándome quien soy y adonde creo ir. Un nuevo ciclo de karma hoy me cita frente a esta imagen que siempre te simbolizó.

Me pide que te observe, con todas tus fallas, las nuevas y las de siempre, las que olvidaste y las que no conocí. Me muestra tu vida como quien estudia una estatua en el centro de un museo, me lleva a recorrerte palmo a palmo, me advierte de tus logros, me avisa tus revelaciones, me deslumbra con lo que fue y será. En esa figura que sos vos en este instante (lo fuiste siempre, lo fuiste siempre) me detengo ante tu mirada, intento bucear, intento ver, intento… intento…
Pero, sabés qué?
Nunca quise que fueras vos sentada en ese rincón. Nunca quise que fueras vos quien me abriera la puerta, quien me iluminara el sendero con una sonrisa (que a todo esto ya habíamos olvidado). Nunca dejé que mi silencio respetara los borbotones de tu corazón, nunca permití que la claridad de tu mirada me guiara. Nunca permití tu claridad.
Nunca te amé.
Y claro… así no se puede.
Ya es tarde. Muy tarde.
Y la alineación ya no volverá a ser posible. Jamás el futuro nos premiará con una conjunción ni nos castigará con un eclipse. Entonces tu órbita y entonces la mía. Tu sistema y el mío. Tu galaxia y la mía.
Y acá adentro?
Y nuestro mundo dentro de esas cuatro paredes?
Fue una broma, no?
Dios no juega a los dados, dijo alguien una vez… pero yo lo ví pasar con una visera escondida bajo el brazo y el cubilete mal oculto en su bolsillo, esa noche que te bajé la luna llena desde esa loma. Lo ví sonreír de costado, como un tanguero en decadencia pero no le presté mayor atención porque frente a mí estaba una de las mujeres más aguerridas de mi vida y me reclamaba un abrazo para contener el corazón, que no escapara, que no aturdiera en el silencio de un marzo impredecible, cuando hacía poquito nomás, la bandera de largada había caído y nosotros ahí sin entender que la vida había comenzado y nos estaba atropellando.








22 de octubre de 2007

El dedito nene!!!

ET phone home












12 de octubre de 2007

Un estreno (Gabu dixit)








Ella me da todo ese amor que nunca esperé tener,
me dice que me necesita, me dice que está feliz.
Y si ella se fuera, me quedaría como abandonado en plena lluvia.
Necesito...
la necesito...
necesito su amor.

Ella vino desde el oeste, una brisa de verano, no pude descansar.
Tuve que tomar el tren más rápido para estar a su lado.
Me hizo sentir tan bien, lo hizo como siempre debiera ser.
Necesito...
la necesito...
necesito su amor.

Justo cuando estaba pensando en ella, apareció y comencé a desearla.
Necesito...
la necesito...
necesito su amor.

Y si ella se va, me quedo como abandonado en plena lluvia.
Necesito...
la necesito...
necesito su amor.

En los barcos de alta mar, en los aviones del cielo, ella está conmigo.
Me pregunto si ella se preguntará si todo esto es real.
No soportaría ver que ella llorase por mí, sería muy triste.
Necesito...
la necesito..
necesito su amor.

Ella me cuenta todo, me hace reír, intenta cantar.
Pero nunca me cuenta si sufre cuando algo anda mal.
Lo hace parecer todo un sueño,
Si todo sigue como está, el mundo será algo hermoso.
Necesito...
la necesito...
necesito su amor.







Nota para freaks: Quién canta?

* León Gieco y su banda de caballos cansados
* Jeff Lyne y la Electric Light Orchestra
* Gustavo Santaolalla y Arco Iris?





8 de octubre de 2007

Recuerdos

Es inevitable:

en cualquier verde



en cualquier durazno


pero no en cualquier canción





siempre me acuerdo de vos

y es un lindo recuerdo :)









26 de septiembre de 2007

Puntos de vista

Kamasutra

Quinta parte

Las esposas de los demás

Principales características de varones y mujeres

Ya se habló de las circunstancias en que puede recurrirse a las mujeres ajenas (!), pero es necesario evaluar los peligros y riesgos que se corren, así como el efecto que pueda producir. Un hombre puede acercarse a la mujer de otro con el fin de salvar su vida cuando percibe que aumenta el amor por ella. La intensidad se mide en diez grados y se identifica con los siguientes síntomas:
1) Atracción física
2) Atracción espiritual
3) Pensamiento constante
4) Insomnio
5) Falta de apetito y adelgazamiento
6) Desinterés por los placeres y las diversiones
7) Indiferencia por la modestia y la prudencia
8) Locura
9) Debilidad
10) Muerte

Según algunos autores, los hombres pueden deducir si una mujer es sincera y la intensidad de su pasión examinando las formas y características de su cuerpo. No obstante, Vatsyáyána cree que se trata de señales dudosas y que es mejor analizar su conducta y la expresión de sus pensamientos.
Gonikaputra sostiene que la mujer siempre se enamora del hombre bello y viceversa, pero que esos amores no prosperan porque no tienen en cuenta si el otro actúa bien o mal, ni si pretenden conquistar con alguna finalidad. La mujer se aparta del hombre que la asedia aunque en realidad esté dispuesta a unirse a él y espera que él redoble sus esfuerzos. En cambio no es común que el hombre esté demasiado enamorado. Hay consideraciones morales y controles emocionales que lo mantienen dentro de la razón. Aunque piense mucho en una mujer no se somete a ella para conquistarla.

Hombres exitosos con las mujeres
Hay hombres que siempre tienen éxito en su relación con las mujeres: los que saben mucho sobre artes amatorias, los que cuentan muy buenos relatos, los que están acostumbrados desde la infancia a tratar con ellas. Quienes envían regalos, hablan bien y hacen cosas que complacen a las jóvenes. Atraen los que nunca antes amaron, los mensajeros, los que conocen cuales son los puntos débiles de ellas, quienes desean mujeres honestas, los amigos de las amigas, los de buen aspecto, los que saben cómo dar placer sexual hasta a sus sirvientas, los recién casados, los aficionados a reuniones o salidas al campo (!). Es atractivo el hombre toro, el que resulta más sabio que el propio marido y los que viven y visten muy bien.

Mujeres fáciles
La mujeres más fáciles a conquistar son:
Las que permanecen mucho tiempo en la puerta de su casa o andan constantemente en la calle, las que miran al hombre directamente a los ojos. Aquellas que observan de reojo. Es fácil llegar a una mujer si su esposo tomó otra sin motivo, la que detesta al marido o es detestada por él. La que participa mucho de eventos sociales.

Un versículo dice:
“La naturaleza inspira deseo en el corazón masculino, el refinamiento del arte hace crecer la semilla, y la sabiduría la preserva de todo peligro hasta que florezca y se vuelva firme y duradera. Porque el hombre hábil en el arte del amor, que estudia minuciosamente las actitudes femeninas, trata de agradarles y amarlas, nunca fracasa y consigue una placentera compañía entre ellas".








25 de septiembre de 2007

ANTAGONISTA

Y sí loco...

No le pedí permiso, aparte está lejos y no me puede venir a trompear.
Pero saben qué?? Eh? Estoy agrandado y ahora me aguantan así! Qué tanto!
MI AMIGA Antagonista, salió ganadora de este concurso y resulta que ARBOL le va a poner música a una canción que ella escribió.

Y saben qué??? Lero Lero!! Tengo un par de mails de ella, algunos comentarios de su puño y tecla en mi blog y.... hasta tengo su telefono!!!! lero lerooooooo

Jajajaja!! que alegríaaaaa!! :D:D

GRANDE PACHA!!! TE FELICITAMOS!!!!
(y te envidiamos, oPvio, pero eso no lo decimos, jeje)






24 de septiembre de 2007

Where has the Magic gone?

y yo los miro sin querer mirar
enciendo un faso para despistar
me quedo piola y digo qué tal
vamos a pescar dos veces con la misma red

desprejuiciados son los que vendrán
y los que están ya no me importan más
los carceleros de la humanidad no me atraparán
dos veces con la misma red







9 de septiembre de 2007

Cumple blog


Tres años, mitad "From the Cradle", mitad "Under"
Este cumple me pesca casi como el primero, down and out.
Me voy un rato afuera, nos estamos viendo.
Ah, si... claro, gracias por estar, los que están; gracias por irse, los que se fueron
Los voy a extrañar.

3 de septiembre de 2007

La despedida


Y vos ¿dónde estuviste?
Cuando yo estaba quemado y quebrado;
mientras veía los días deslizarse por mi ventana.
Y vos ¿dónde estuviste? Cuando yo estaba herido y desesperanzado.
Porque lo que dijiste y lo que hiciste me estuvo rondando.
Mientras vos te aferraste a palabras ajenas,
muriendo por creer en lo que escuchaste,
yo estuve mirando directo al sol.




Perdido en los pensamientos y perdido en el tiempo,
mientras se iban plantando las semillas de la vida y del cambio,
afuera la lluvia caía lenta y oscura
y yo me aferraba a ese peligroso pero irresistible pasado.

Di un paseo celestial a través de nuestro silencio
y supe que había llegado el momento
de matar el ayer y volver a la vida.

Di un paseo celestial a través de nuestro silencio,
supe que la espera había comenzado
y me encaminé directamente... al sol








22 de agosto de 2007

Mensajes en botellas



Hay una canción de The Police que habla de un tipo, de un náufrago, que un día se le ocurre tirar al mar un mensaje en una botella.
Al día siguiente sale a caminar por la isla y no puede creer lo que ve: cien mil millones de botellas cubriendo la playa. "Parece que no soy el único que se siente solo, cien mil millones de náufragos están buscando un hogar".

Hoy tiro este mensaje en una botella.
¿Te animás a dejar el tuyo?
Seas quien seas, con tu nombre o sin él, con un pedido filosófico o un grafitti de baño de estación, un simple "Hola, pasé por acá", lo que se te ocurra, si querés tirar más de una botella... lo que quieras, pero tirá la tuya.
¿Querés llegar a la misma playa con todos nosotros?
Al final, quemamos todos nuestros mensajes en una fogata enorme así suben al cielo, mientras nos quedamos cantando una que sepamos todos.

¡Dale! ¡Animate! = o)








16 de agosto de 2007

Black - Pearl Jam








Hojas de lienzo vacías, láminas intactas de arcilla
esparcidas ante mí, como su cuerpo, una vez.
Los cinco horizontes orbitando alrededor de su alma
como la tierra alrededor del sol.
Hoy el aire que probé y respiré ha dado un giro.

Lo que le enseñé fue sencillamente todo
y se que ella me dio todo lo que usó.
Hoy mis agrias manos se restriegan en la nebulosa
de lo que alguna vez fue todo.
Todas esas fotos ennegrecieron
tatuándolo todo.

Salgo a dar una vuelta
estoy rodeado de chicos jugando,
puedo sentir sus risas, y entonces ¿por qué me siento marchitar?

Y estos pensamientos retorcidos que me dan vueltas en la cabeza
girando y girando

Qué tan rápido se puede caer el sol?
Hoy mis agrias manos mecen los cristales rotos
de lo que alguna vez fue todo
Todas esas fotos ennegrecieron
tatuándolo todo.

Todo ese amor malogrado tiñó mi mundo de negro
tatuando todo lo que veo, todo lo que soy, todo lo que seré.

Se que un día tendrás una hermosa vida,
se que serás un sol en el cielo de otro
pero ¿por qué?
¿por qué?
¿por qué no puede ser en el mío?










7 de agosto de 2007

Nube nueve

Son esas cosas que muchas veces... bah, siempre, disfrazamos de alegría. Decimos ¡uh! ¡Que bueno! ¡Por fin me pasa a mí! Y andamos por la calle con una sonrisa de oreja a oreja, pisando en partes, nos sentimos en la nube nueve, todos los ojos son sus ojos, todas las melenas son su melena, todos los perfumes son su perfume, todas las palabras son sus palabras y los recuerdos son algo que apenas pasó hace un rato, los recuerdos son frescos, relucientes, a todo color y con sonido 5.1 sorrounding and dolby nr.
Es así que empezamos a sentir que las distancias no existen, que las diferencias sociales y culturales solo se notan en los noticieros (que por cierto, dejamos de ver y lo cambiamos gustosos por un programa donde enseñan a cocinar manjares o a decorar tu casa como el más tibio de los refugios). Nada más importa, que no sea el próximo encuentro, que no sea el siguiente regalo; y nos vemos en lugares que antes ni soñamos siquiera, eligiendo uno de esos libros que compraríamos solo para nosotros, pero sabemos que en mitad de una página perdida, casi al final, hay una frase que es nuestro secreto, entonces este libro es para ella y no voy a marcar la página, voy a dejar que ella la descubra, y creemos que lo primero que hace apenas empieza a leer es encontrar esa frase. Así es que imaginamos su llamada y su voz que se impone sobre la estática y la falta de antena porque vos viste, estos telefonitos que antes nunca andaban ahora sí, porque la magia está en el aire, porque ahora todo es posible y porque en definitiva, las estrellas y los dioses trazaron este camino por donde llega su voz y nos dice justo justo esa frase que elegimos, esa marca que nunca hicimos en el libro, pero que está.
Un día nos sorprendemos escribiendo su nombre en un rincón de una hoja, tal vez mientras hablamos por teléfono de trámites o charlas sin sentido con familiares o amistades que de repente son extraños. ¡Claro! ¡Si el mundo tal como lo conocíamos acaba de desaparecer! ¡Si nadie más importa! Nada ni nadie existe si su mirada y su conocimiento no lo inauguraron. Vamos charlando con ella aunque estemos a kilometros de distancia, le vamos contando de nuestros lugares, de nuestras cosas, de nuestros detalles, de toda una vida previa que nos perdimos de recorrer juntos. Desayunamos en un bar y pedimos lo que ella toma, cambiamos nuestras medialunas “me-cago-en-Cormillot” por una barrita de cereal, nos levantamos temprano para compartir un amanecer, vamos al parque, a la costa, o donde estemos en ese momento, salimos afuera y le dedicamos la luna por sms y si me mandás un beso en los próximos cinco minutos le pongo tu nombre a esa constelación que acabo de inventar y tiene la forma de tu cintura (pero ella sabe que somos como Sprayette, que aunque no llames en cinco minutos el extra te lo "regala" igual).
Y son esas cosas que un día nos agarran de sorpresa mientras esperamos que un semáforo se ponga en verde. Nos damos cuenta que hace un año estábamos tal vez en esta misma esquina, afiebrados de ansiedad, con la camisa que a ella más le gusta, con una novedad sobre el trabajo, sobre el cambio de trabajo, sobre un puterío de un amigo que se mandó una cagada con la mujer, no importa.. cualquier cosa era un tema, cualquier tema era la excusa, cualquier cosa era conversable, entre sábanas, almohadas, café humeante y voz baja. Hace un año, decía, nada nos hacía pensar en este vacío, en esta desolación, en estas ganas de nada, en este cielo negro de un julio interminable y helado. No era posible, no era creíble, era irreal que el teléfono un día dejara de sonar, que la casilla de correo estuviera vacía, que su mirada viajara lejos las pocas veces que nos veíamos, que sus manos se enfriaran de tal modo, que sus labios hubieran muerto, que su cuerpo nos pareciera extraño.
No era cierto que un día, al mirar a una mujer (tan pero tan parecida a vos) subiendo a un taxi en Libertador y Juramento, iba a tener que parar el auto (no importa donde, no importa si me pisa un colectivo o me putea un taxista) y llorar como hace años no lloraba. Porque esa mujer tan pero tan parecida a vos, capaz que es feliz como vos y yo fuimos, digamos hace un año. Esa mujer tan pero tan parecida a vos acaba de darse vuelta fugazmente para poner algo en la luneta trasera del taxi y su rostro resplandece como el tuyo aquella tarde. Y seguramente esa mujer está pensando en que el resto de la gente, el mundo allí afuera, no sabe nada, no entiende nada, ni es capaz de percibir lo feliz que es, ahora que mira un poco más atrás, a unos metros de la esquina, y un hombre, bastante parecido a mí, un poco más flaco, confesémoslo, la saluda con una sonrisa, se levanta el cuello de la campera polar y se vuelve por Juramento sin mirar por donde camina, con los ojos y el alma puestos en ella, que también saluda y sonríe. ¡Dios mío! ¡Cómo sonríe!


N. del A.: Gracias a M.F.F. por la inspiración y a C.B.G. por las oportunas correcciones y el título "Harrison a full" ;-)







1 de agosto de 2007

Él y yo

No es solo el frío que hace afuera, no es solo la luz que falta en un mediodia perdido en medio del almanaque, no es la típica soledad de todos los dias a la que uno siempre se termina acostumbrando. Es un vacío más complejo, es una angustia más intrincada, es una desazón y una congoja que creció como una enredadera y hoy me asfixia los muros, las alas, hasta los jardines de gente, allí donde todos florecen pese al invierno y las tormentas.
Hoy necesito un cuarto de luz, cortinas amarillas, almohadones, la música de tu risa y la sabiduría de tus palabras.
Hoy necesito un instante de claridad, una llave con dos caras, una linterna para el infierno de este pasillo, la campanita que me guíe, la estrella principal de la constelación de tus ojos, una ventana abierta y una puerta cerrada.
Hoy me necesito como nunca y corro apurado a nuestro encuentro para recuperar juntos la respiración, para cambiar el aire, bajar de la casita de madera sobre del árbol, allí donde te encontré hace un tiempo y sin imaginarlo, allí donde me recibiste con una sonrisa puro diente de leche y me diste un abrazo y me dijiste que pare, que no corra, que no hacía falta, que mirá lo que había hecho con nosotros, que no era para tanto.
Hoy venís conmigo, o mejor dicho: hoy voy con vos. Y lamento haberte dejado todos estos años en este lugar, creyéndome con derecho a estas arrugas, a esta bronca, a esta amargura, creyéndome escaso de alegrías y abundante de vergüenzas, pero principalmente olvidando lo que fuimos y lo que seremos.
Vamos juntos. Allí está el bosque, más allá la playa. Nunca fuiste al mar estando tan cerca, te quedaste cuidando las fotos y los posters, los dibujos y los juguetes, el espejo y las risas, sentado sobre un baúl de madera, para que no escapen los llantos, los miedos, los golpes, los gritos. Pero fijate bien, levantate y abrí ese cajón, vas a ver que no están.
Porque hace mucho tiempo se vinieron conmigo y estuviste haciendo guardia sin sentido, de puro buen pibe que sos.






30 de julio de 2007

Sting

Algunos siempre tendrán Paris.
¿Será nuestra generación? Nosotros siempre tendremos Sting.


Roses have thorns
Shining waters mud
And cancer lurks deep
In the sweetest bud
Clouds and eclipses
Stain the moon and the sun
And history reeks
Of the wrongs we have done
After today
After today
Consider me gone

I've spent too many years
In war with myself
Somebody told me
It's no good for my health
To search for perfection
Is all very well
But to look for heaven
Is to live here in hell

After today
After today
After today

Consider me gone
Consider me gone
Consider me, consider me
Consider me gone, gone, gone, gone






19 de julio de 2007

19 de Julio

Que lo parió...









hasta siempre.

16 de julio de 2007

La Maga (envidiame, Oliveira)

Mirá, yo entiendo en seguida, deben ser una de las pocas cosas que me salen entender así de rápido, no te voy a negar que por mi propio estilo pesimista, eso de ver el vaso siempre medio vacío. O sea, entiendo que si te pasé cuatro veces mi teléfono y aún así insistís en que nos manejemos vía e-mail hasta el último minuto, es porque no querés que sepa el tuyo o no querés verte en el compromiso de dármelo, porque al fin de cuentas, claro, vos viste cuánto loco anda suelto. Así que ahí estaba, en Deán Funes, a metros del Cabildo, en un ciber, viendo si por alguna cosa de esas que surgen a último momento –no hay nada más puntual que un imprevisto- me estuviste advirtiendo que no ibas. Y habrá sido una de las pocas veces que se me iluminó la cara al ver que no tenía correo nuevo. Volví hacia la esquina porque la verdad sea dicha, faltaban aún quince minutos para la hora estipulada, pero vos viste (ah, no, no me conocés eso todavía), soy impaciente como mi abuela. Pero en esa esquina, argh! horror!, el tunga-tunga sacudía las ramas de los árboles y los pobres pajaritos se palmeaban la frente y revoleaban los ojos en fastidio y no entiendo cómo todavía no se mudaron, aunque claro, en ese caso tendrían que mudarse de provincia, a riesgo de caer en la cumbia, porque acá lamentablemente el tunga-tunga es inevitable donde quiera que vayas.
Llevé mi cámara de fotos y cada vez que una mujer se detenía en la esquina y miraba a todos lados como esperando a alguien, le sacaba una foto, a riesgo que me embocara un carterazo o le chiflara a un botón y me mandara en cana, pero la cosa era mostrarte al final y en joda con cuántas te confundí, pero después recordé que las comparaciones son odiosas y eso que no te estaba comparando, pero vos podías llegar a pensar que sí. Entonces las borré, así que, señoras escrachadas, acá no pasó nada y si andaban de trampa, sigan tranquilas que no hay registro (al menos en mi cámara).
Y así anduve, de cantero en cantero, esquivando las zonas que suponía eran los baños de los pajaritos, viendo a los locos que pintan con aerosol, una pareja que discutía justo al lado del teléfono público donde me encontraste, y las caras de la gente cuando salen de pelear con CTI, justo frente a la LegislatuRRa.
Como siempre me pasa, agarro el celular para ver si no me cayó un mensaje sin darme cuenta (entre que soy sordo y este telefonito de mierda que suena tan despacio) y justo que estoy viendo me cae un mensaje de un nro desconocido: por fin! Sos vos que me decis que estás llegando en unos minutos. Pero como a veces los mensajes suelen llegar tarde o hay gente que suele hacer estas cosas de camouflarse tras algo para no dejarse ver y espiar a su “presa”, empecé a buscarte en todas las direcciones, total, un loco más que gire y gire en plena peatonal ya no llama la atención.
Cuando me cansé de girar y de buscar flequillos castaños me apoyé sobre el teléfono público que ya la pareja que discutía se había alejado, seguí tratando de adivinarte en algún par de ojos almendrados, pero nada che... Hasta que una petisita me sonrió justo en el momento en que le escrudiñaba la mirada. Y mirá que digo petisita y yo mido 1.65!
Que lindo verte sonreir! Qué te puedo decir? Me quedé sin palabras y vos dirás que miento, con todo lo que hablé. Venías emponchadísima y tapada hasta las orejas pero nos arreglamos para un abrazo entre la dificultad de movimientos de tanto abrigo, caminamos unos metros para el lado de la plaza; esta ciudad cambió mucho por todos lados pero esta zona nunca se modifica tan dramáticamente como para no encontrar un bar, así que ahí fuimos, lo encontré de casualidad donde creo que antes había una relojería o un lugar donde vendían camperas (a menos que me esté confundiendo de galería).
“You hold your breath and the door for me” pensé en esa canción y cuánto me gustaría que así me vieran. Entramos y buscamos la última mesa, pedimos cortado y me largué a hablar, quería asegurarte que no soy un loco más, de esos tantos que no sabés qué se traen en manos. Hablamos de vos, de él, de los chicos, de los nombres, del libro que ibas a ver, del libro que querés recibir, de esas cosas que pasan en la matrix (con permiso de Alex), de estos encuentros que tanto llenan el alma, de las locuras que vemos a diario, de los atrevidos, de los dramas, de los divertidos, de los mala onda, de los refugiados, de los desesperados, de los pacientes, en fin, de todo aquello que somos ahí, del otro lado de la pantalla, cuando el plástico de un teclado se desintegra al contacto de una mano chiquita y tibia en tu caso, áspera y torpe en el mío, o tras una nariz roja por el frío de un invierno que vino decidido a jodernos, o una mirada que traspasa todas las fronteras para llegar a ese lugarcito escondido donde vive nuestro ser verdadero, nuestro ser de luz, y reconocernos más allá de la sangre o no, más allá de las coincidencias o divergencias, saber que no estamos solos transitando este camino que no sabemos dónde nos lleva, pero se hace más aceptable, se hace más confortable, se hace más familiar, nos deja ver un gesto cómplice en aquella otra luz que es el otro que, parafraseando a Dolina, “(...) Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa “atención, muchachos, que no me he olvidado de nada”.





Mi primera vez

Primera noviecita oficial (well, she was just seventeen ). Pero oficial, de esas con pastas los domingos en casa de los suegros y toda la bola.

Ya lo dije? ella estrenando diecisiete, yo orillando los 19... bueno che! siempre fui medio pescado

Primera escapada solos, semana de vacaciones, invitación de tío piola (de ella) a su casa en las sierras de Cba.

Enero a pleno, sol, río...

Mutis por el foro por parte de tío piola y sra. a un "asado" en un pueblo vecino . "Si vuelven más tarde que nosotros déjennos la llave bajo la maceta "

"Ma qué más tarde!! De acá no nos mueve nadie!!" Pensé al instante... muejeje

Noche de verano. Cena livianita. Vinito frío (con soda ...bueno, éramos chicos che!)

Grillos acalorados y ratones vestidos de gala.

Ducha previa (primero ella, después yo)

Ella que sale del baño envuelta en la toalla y se dirige a la habitación a "vestirse". Mientras tanto, yo desde la cerradura observaba el proceso... no pude estar mucho tiempo agachado... algo en el pantalón -nunca supe qué- me lo impedía...

Entro a la ducha, me baño, me seco... Rexina hombre por TOOOOODOS lados (bueno, loco... en esa época todavía se llamaba Rexina ), salgo y desde afuera el baño parecía un verdadero sauna pese a haberme bañado con agua fría... tampoco lo pude entender nunca

Este es el momento! -me dije. Sonaron campanitas, campanadas y campanazos... Los grillos, desde el jardín arreciaron con el concierto en prestísimo andante. La tibia brisa de Cosquín me acercó la inspiración que me faltaba: Como un (¿buen? ¿mal?) presagio la Negra cantaba esa noche en la plaza Próspero Molina "Aaaayy!! esta noche se puede, se puede... "


A todo esto yo estaba parado (nunca mejor empleada esa expresión) tras la puerta semiabierta de la habitación de donde brotaba la tenue luz del velador tapado a propósito por alguna prenda oscura que ella había encontrado en algún lugar. Decía, “estaba de pie” y con el estandarte de la masculinidad tan alto que me pegaba en la frente...

...bueno, en el ombligo
... bueno, está bien ...un poquito más abajo

Abro la puerta de la habitación. Ella estaba ahí (menos mal ). Body de encaje blanco, una cascada de cabello negrísimo y brillante recogido sobre uno de los hombros, tendida sobre la cama con una rosa roja entre los dientes...

... bueno, está bien, estaba leyendo Mafalda.

Mis piernas temblaban, mis manos se sacudían espasmódicamente, mi maxilar inferior entreabierto y tembloroso dejaba caer una espesa e incontrolable baba. Mientras, en mi cabeza, los ratones ya se habían sacado el smoking, se habían aflojado la corbata y bailaban el pericón, la jota, el samba, la zamba, el chu chu chuaa, la chacarera, el cuarteto, el rock and roll, el fostro, el jazz, el escondido, el minué, el carnavalito, el chamamé, la tarantela, el pasodoble, la lambada, el candombe, la milonga, el dos por cuatro y habían pedido otro cajón de champagne extra brut.

No aguanté más y mientras ella tiraba la revista de Mafalda a la mierda y me recibía con una sonrisa (que ilusa, pobre ) me decidí a recorrer los cinco pasos que había entre la puerta y la cama, los cinco pasos que me separaban de mi graduación como Hombre, la recta final... solo cinco pasitos hasta mi realización.



Pero de la misma manera que un par de baches en la calle pueden resultar fatales para quien viaja en auto con la vejiga llena, esos CINCO (5) pasos fueron suficientes... qué digo suficientes? fueron demasiado!! y el movimiento se sumó a los ratones que, dentro de mi cabeza, alcancé a escucharlos gritar a coro... "Cinco... Cuatro... Tres... Dos... uno... Fueraaaaaa!!!!!!"



Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final... todo TERMINA... me cago en Vox Dei!!

Cinco pasos que fueron demasiado y todo TERMINÓ sin siquiera haber empezado

La siguiente escena -patética si las hay- fue los dos limpiando la alfombra y la colcha con lo primero que encontramos (la prenda que tapaba el velador) mientras ella me recriminaba:

-Boludo, tendríamos que haber puesto algo...

-Algo como qué?

-Que se yo! un toallón o algo así...

-Ma que toallón... no iba a ser suficiente...