30 de mayo de 2006

Mono - Tercera parte

Monos de todas las edades y energías, a ustedes me dirijo mientras hablo conmigo: Qué nos pasó en la vida que creímos que el amor era una pichincha?
Mientras crecíamos y nos desarrollábamos probamos todas las frutas del Edén y del Infierno.
Sucumbimos ante los últimos romances del Apocalipsis y subimos a los barriletes para no perder ninguna poesía, viajes físicos o astrales con esos seres que vienen de otras galaxias a proponernos dejar todo por ellos.
Logramos hacer lo que quisimos dejando la piel, corazón, vísceras, en cada postura del kamasutra.
Nos dejamos amar y apenas pudimos con nuestro genio cuando había que decidir de a dos o cambiar planes, horarios, ruta de vida.
Vivimos hasta que algo de la elegida de turno nos aburrió o asustó. No medimos las consecuencias, pisamos el acelerador hasta hacernos añicos; no aprendimos, pues nuestra omnipotencia es capaz de pagar altos precios en relaciones peligrosas, abismales, de ciencia ficción, que no solo vivimos sino que las contamos y logramos fascinar a la audiencia con nuestro duelo, dolor y ceguera. El amor es lo que pagamos caro por nuestra liviandad del ser. Tal vez preferimos estar solos que bien acompañados. Y nos sumergimos en experiencias de Stephen King, el marqués de Sade, Buñuel, Bergman, con algo de Almodóvar y Allen.
La pasión y la fascinación son el punto G del mono. Encontrar el equilibrio en una relación afectiva es el gran trabajo que debemos hacer, el más importante, el que nadie nos regala ni enseña, el que tenemos que aprender aunque creamos que no es para nosotros y el tiempo nos encuentre solos, con las heridas abiertas y sin plan de salud emocional.
La seducción es parte de la respiración y coleccionar amigas, novias, amantes o esporádicas esposas es una forma de creer que podemos ser imprescindibles, fundamentales, en la vida de alguien.
El mono prefiere Calidad más que Cantidad de tiempo, de convivencia -a la que, aunque intente, es fóbico- pues su espacio no puede ser invadido por otro.
Las reglas del juego las pone el simio, pero la vida hace que le caigan las asignaturas pendientes sin anestesia y tenga que refugiarse dentro de la tierra.
El sexo es esencial si está acompañado de caricias, compañerismo, de intercambio intelectual. Si no, puede ser un escapismo.
El amor es para el mono una limitación. Sabe que no puede entregarse totalmente pues es tan desconfiado y temeroso que es posible que resulte herido, abandonado, defraudado o estafado y la sola idea resulta insoportable para su autoestima. Entonces salta de rama en rama, sin pensar en el mañana.
Acumula millas de seres que quedan colgados de la palmera y le reclaman su tiempo compartido, mientras el mono huye por las ventanas o se sube a los aviones, trenes o tranvías que pueden alejarlo cada vez más del ser amado.
El mono tiene buen inicio de romance: es galante, soñador, servicial, divertido, apasionado. Mantener ese estado es muy difícil, pues su limitación, narcisismo, utopía del amor, lo desvían con mucha facilidad por otros senderos, más oscuros y resbaladizos, que reemplazan al anterior, el que no pudo ser a causa de las dudas, temores, apuestas a que vendría alguien mejor a abrazarlo, mimarlo, cuidarlo y prometerle amor eterno.
Los amores siempre extrañan al mono, pues dejó una imagen idealizada para no caer en la realidad, en la convivencia, en el día a día que desgasta y es para el resto de los mortales.
El mono es celoso aunque se mienta a sí mismo y disfrace sus celos con disertaciones liberales y new age, que hasta él mismo cree.
Su ambiguedad entre ser amado compulsivamente y sentirse libre dentro de una relación lo mantienen ocupado durante toda la vida.
No está cómodo en ninguno de los dos lugares y, aunque disfruta del aquí y ahora más que otros signos, sabe que la felicidad es efímera y se retira antes de que lo dejen.
Al llegar a la madurez siente un cúmulo de sensaciones, olores, voces, miradas, charlas sin testigos, infinito espacio sideral que entra en su soledad y detiene el tiempo.
Está solo.

1 comentario:

Vivi Briongos dijo...

Mierda!
Me voy a nacer de nuevo y vuelvo...!!!